ENCERRADA // Albalia

42. Injusticia

ALBA POV

Había pasado una semana más desde el cumple de Joan. Natalia llevaba alrededor de un mes en coma y no sabía qué hacer con mi vida.

Llegaba a casa y notaba ese pellizco al corazón al no verla en el sofá. Tampoco podía hablarla porque ni me respondía, de hecho no sabía si escuchaba lo que le decía.

Había decidido que Joan no viniera tan a menudo al hospital, mi madre me apoyó en la idea también. Mientras mi madre, la cual estaba muy contenta con Joan ya que dice que es la alegría de la casa, cuida de él, yo me voy al hospital toda la mañana.

Al llegar a la habitación veo a Cris y Joana hablar tranquilamente. Según me habían dicho, a Joana le daban el alta en nada cuando viesen que no tendría problemas en la cabeza.

Yo sin embargo seguiría viniendo aquí.

Caminé saludando con la mano hasta acercarme a Natalia y dejar un sutil beso en su frente. Seguía igual que siempre, los médicos me decían que ni mejora ni empeora, sigue igual.

"Te quiero" susurré acariciando su mejilla. Me senté en la silla cogiendo su mano realizando más patrones aleatorios. Me gustaba verla tan tranquila, no me gustaba saber si nunca más iba a ver su sonrisilla, sus «Alba ven, que no se como funciona el agua» la echo de menos.

"Seguro que lo hace" habló Joana a mi espalda. Me giré para mirarla "seguro que despierta y vuelve contigo y su niño ¿Dónde está él?" preguntó mientras Cris la abrazaba.

"Él está en casa de mi madre, no me gusta que venga tanto tiempo al hospital, es un niño" dije mirándolas con pena. Ella se bajó de la camilla a la silla de ruedas moviéndose hasta el otro lado de la camilla.

"Es muy guapa" habló de nuevo. Cris bufó desde la camilla sentada "Cris no te me pongas celosa, que su novia es ella" dijo de nuevo.

Yo permanecía gacha ante todo, la verdad es que la situación me superaba. En casa con Joan y con mis pinturas podía estar mejor, pero era llegar aquí y chocarme con la realidad.

"Si no despierta no se qué haré" dije con la voz temblorosa. Ambas chicas se pusieron a mi lado mirándome con empatía "es que la quiero muchísimo, no se merece nada de esto....es...es injusto.." empecé a llorar tapándome con las manos. Las chicas me abrazaron hasta que me calmé un poco.

Pasaban los minutos y tenía que irme a casa así que me despedí de las chicas y de Nat para irme.

En cuanto dejé las llaves en el hall de casa Joan corrió hasta mí enredándose en mis piernas sonriente. Magia

"Alba mira" dijo sacando una foto. La cogí observando a Joan dormido con Queen, monísimos "me gusta mucho" habló sonriente.

Mi madre apareció desde la cocina con la olla de macarrones. Caminé con Joan hasta sentarme en la mesa y comer tranquilamente.

"¿Cómo está?" preguntó mi madre de mientras. Levanté los hombros llevándome un puñado de macarrones a la boca "seguro que sale de esta, es cuestión de tiempo" habló de nuevo. Tragué los macarrones para poder hablar.

"Puede tener secuelas" dije algo triste "cuanto más tiempo esté en ese estado peor" Joan nos miraba sin entender nada, no sabía si hablar de esto delante de él o no.

Terminamos de comer y después de echarnos una pequeña siesta decidí salir de casa con Joan. Estaba harta de seguir la rutina.

Caminé con él hasta la playa. Hacía un día con alguna que otras nubes y algo de fresco. Ambos llevábamos una sudadera y pantalón largo.

"Me gusta el mar" habló él sentado a mi lado. Sonreí al escucharlo, poco a poco iba descubriendo este mundo "Alba" llamó mi atención "¿mamá va a volver?" preguntó.

"A qué te refieres" hablé estirando mi brazo para abrazarle contra mi torso. El niño miró al mar y después me miró a mí.

"Quiero estar con ella, quiero ver el mar con mamá" asentí "además tengo que enseñarle el libro que me regaló Rafi" sonreí.

"Seguro que ella vuelve, seguro" me abracé a él soltando lágrimas silenciosas. Me dolía tanto todo lo que pasaba que era imposible no sufrir cada segundo si lo único que aparecía en mi cabeza era ella.

Estuvimos un rato más en la playa hasta que empezaba a anochecer y entonces volvimos a casa.

Joan no paraba de hablarme de sus aventuras en el cole y de lo que hacía allí. Me decía que dibujaba un montón y veía muchos libros, que la profe está muy orgullosa de él.

Nada más entrar en la casa vi a mi hermana. Marina había estado fuera todo este tiempo y hoy era el primer día que la veía después de todo.

Caminó hasta mí abrazándome con fuerza. Lloré en su hombro aferrándome a la mínima esperanza de que todo vuelva a la normalidad.

"Ella es fuerte ya..ya verás" susurraba en el abrazo mi hermana. Me separé y mientras ella limpiaba mis lágrimas observaba con ternura a mi hermana pequeña. Mi pilar fundamental.

Nos pusimos a cenar tranquilamente hablando de nuestras cosas intentando dejar el tema de lado. Dolía, dolía demasiado todo.

Durante el postre observaba a Joan en el sofá a punto de dormirse. Queen estaba tumbada a su lado lamiéndose las patas mientras el niño le acariciaba el lomo con cuidado.

"Es súper bueno" habló mi madre mirándome "ya es de la familia, y ella también" dijo cogiendo mi mano.

"Estoy muy saturada de todo, pero verle a él llevarlo mejor me ayuda" todas sonreímos. Me levanté de la mesa y después de recoger los restos besé a Queen y cogí a Joan en brazos para acostarle.

Le tumbé en la cama y después de ponerle el pijama él mismo se acomodó en la cama durmiendo. Me cambié de ropa y me acosté a su lado boca arriba.

A los segundos de empezar a pensar en todo Joan pegó su cuerpo al mío abrazándome "no te preocupes, mamá va a volver" susurró somnoliento. Asentí besando su cabecita para coger el sueño.

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