5. Natalia

3.4K 241 40
                                    

ALBA POV

Llevábamos varias horas despiertas y hablando, estábamos asustadas pero sobretodo con muchas incógnitas.

"¿En serio lo dices?" preguntó Marina. La miré y asentí mientras jugaba con mis dedos "no hagas tonterías" me dijo de nuevo.

"¿Y me lo dices tú?" reí irónicamente con ella. La verdad es que estábamos algo hambrientas pero teniendo en cuenta que dentro de este olor a humedad y el frío del lugar nos daba de comer y nos cuidaba, no estábamos para quejas.

Se escuchó un ruido y se abrió la puerta. La chica morena apareció por ella muy seria, anoche Joel se la llevó a rastras y a saber que planearon.

Se acercó a mi celda mirándome con una mirada perdida y triste, nunca le había visto así.

"Sal" dijo abriendo la puerta. Me levanté del frío suelo saliendo de la puerta. Ella abrió la puerta a mi hermana y nos colocó juntas "podéis ducharos aquí" dijo abriendo el grifo de la bañera. Había una cortina que tapaba un poco pero no mucho más "no tengo nada de recambio" habló antes de sentarse en el taburete a leer.

Mi hermana y yo nos miramos extrañadas y después de darnos un baño de agua placentero nos colocamos como nos dijo antes.

Nos miró durante varios segundos para después abrirnos las celdas y cerrarnos de nuevo. Estaba algo más tranquila al ver que no nos iba a hacer daño de momento.

Se puso a hacer cosas en la encimera de la mini cocina mientras mi hermana y yo hablábamos o intercambiabamos miradas aburridas. Este lugar era tétrico y daba muy mal royo, pero sobre todo era aburrido hasta decir basta.

La puerta sonó y todas nos giramos para observar como Joel aparecía por ella con unos andares intimidantes y nada modestos.

"Que haces aquí" dijo la chica dejando de hacer lo que estuviera haciendo. Joel caminó entre las dos celdas mirándonos de manera superior e intimidante.

"Me apetece jugar" dijo mirándome. Tragué saliva con cierta dificultad al saber que ninguno de los juegos de ese hombre iba a ser bueno para mí.

Fue a abrir la celda hasta que la chica la cerró de nuevo poniéndose en medio. Joel la miró enfadado.

"No están listas" dijo seria y con la voz algo temblorosa "dame...dame más tiempo" habló cerrando la puerta mientras le miraba.

"Me da igual, quiero ahora" dijo apartándola de un manotazo. La chica se negó poniéndose delante de él cerrando mi puerta de nuevo.

"NO" gritó contra él. Joel la empujó contra la celda agarrándola del cuello con violencia. Mi hermana y yo mirábamos la escena con terror.

"PUES ENTONCES SERAS TÚ" dijo él enfadado cogiendo a la chica de manera brusca saliendo de la habitación dejando un silencio muy incómodo.

Me levanté pegándome a los barrotes intentando escuchar algo al otro lado de la puerta pero no se escuchaba nada de nada. Estaba todo insonorizado al parecer.

"Que...¿qué juegos son esos?" Preguntó Marina aterrorizada. Me giré con las piernas aún temblando y me pegué a la barra cogiendo su mano para hacernos caricias

"No son buenos Mini" dije intentando disolver el nudo de mi garganta "no se qué son pero no son buenos..." Dije de nuevo. Marina asintió acariciando mi mano con algún que otro tembleque.

*****

Pasaron muchas horas hasta que escuchamos el sonido de los números y la puerta abrirse.

La chica apareció con un aspecto horrible peor que el de esta mañana. Era casi la hora de cenar gracias a que podíamos orientarnos por el reloj que había colgado encima de la puerta.

La chica se puso a lo suyo en la cocina sin emitir ninguna palabra. Después de un par de minutos se giró con dos platos dándole uno a Marina y otro a mí.

No sabía por qué no estaba lista, no sabía de qué hablaban pero desde luego no querían jugar al parchís. Desde hace unas horas que he observado mi celda encontrando rastros de sangre que no me corresponden y que me avisan de que no somos las primeras ni las últimas.

Dejó un plato con un par de filetes en el suelo y después se sentó contra la bañera cenando un filete también.

Me senté cenando sin dejar de observarla. Tenía la mirada perdida y le temblaban las manos, parecía que se había duchado pero aún así tenía un aspecto horrible, mucho peor que el nuestro.

Dejé el plato al otro lado de la celda bajo su atenta mirada. Ella suspiró dejando su plato encima del mío. Quería saber que era todo esto, que estaba pasando.

"Que...que son esos juegos" dije casi en un susurro. Ella me miró acercándose a la celda sentándose de lado mientras me miraba "no...no son buenos" dije de nuevo.

La chica negó con la cabeza soltando un fuerte suspiro. Ella no me encajaba aquí, no me encajaba la manera en la que era tratada ni el por qué hacía todo esto.

Se levantó asustándome un poco. Cogió algo de uno de los armarios dándoselo a mi hermana y luego dándome la pastilla a mi.

Nos trajo un vaso de agua sentándose contra la celda mirándome. Cogí la pastilla observando que no ponía absolutamente nada de nada.

"Tomarosla" dijo girándose para mirar a mi hermana y luego a mí "tómatelo" dijo mirándome. Suspiré tomándome la pastilla con el agua, tenía miedo a que fuera droga, a que esa pastilla me preparara para él.

"Que...que es" pregunté acojonada. Ella miró al suelo jugando con sus manos algo temblorosas. Saqué la mano lentamente de entre los barrotes rozando su mano con cuidado.

Ella me miró tímidamente rechazando mi caricia con lentitud. Intenté descifrar que ocurría, que le pasaba, que le había convertido en un animal sumiso.

"Que te han hecho..." Susurré con pena observando como rechazaba mi caricia en su mano "quién eres" susurré de nuevo.

La chica empezó a llorar en silencio todavía cabizbaja sin emitir un sonido. Me pareció demasiado débil, demasiado sumisa para ser una secuestradora, ella era una víctima más de todo esto.

"N..." Murmuró de forma inaudible. La animé a que hablara mediante gestos. Me miró controlando su respiración agitada "Na..natalia" susurró finalmente.

Natalia era su nombre, ya no era la chica sin nombre, el misterio vestido de harapos.

"Natalia que te han hecho" dije de nuevo. Ella se quitó las lágrimas levantándose del suelo mirando a mi hermana con pena y seriedad.

"Lo siento...lo siento de verdad" dijo antes de caminar hasta el taburete sentándose en el leyendo otra vez ese libro, uno de los pocos que había en el lugar.

Natalia no sé quién eres, no se qué te han hecho, pero sé tan bien como tú, que nos necesitamos para salir de aquí.

-----

¿Que opinan?

🍐🖤

ENCERRADA // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora