•mr.jung•

16.

Enserio quería relajarse y nunca había sido tan difícil hacerlo en el pecho de YoonOh, pero de verdad no podía. Su cuerpo se mantenía tenso y de vez en cuando se removía incómoda. Trataba de fijar la atención en la película que estaban mirando o en su respiración o en la de YoonOh, cualquier cosa con tal de dejar de pensar.

¿Que cojones estaba mal con ella? No era de las que necesitaba ponerle nombre a las cosas, quizás tampoco quería ahora. Sólo quería saber qué pasaba con ellos dos. Porque si a final de mes veía una paga de YoonOh en su cuenta bancaria se hundiría de nuevo, pero eso era imposible ¿No? Estaba más que claro que las cosas no volvían a ser como antes ¿No?
¿Entonces cómo coño eran ahora?

Marie se removió con un bufido.

-Ya está bien Marie.- YoonOh se incorporó, acto que ella imitó.- ¿Quieres hablar?

-Sí, porfavor.

YoonOh la miró profundamente y dejó ir un suspiro seguido por una sonrisa. Besó su frente con dulzura, Marie supo que aquello no llevaría a nada malo.

-¿Que quieres exactamente hablar, pequeña?- Marie se puso roja y balbuceo unas palabras rápido, inteligibles. YoonOh volvió a sonreír.- Vas a tener que decirlo un poquito más claro si quieres que hablemos los dos.

- Que... ¿Que somos?- No lo miró a la cara hasta que escuchó una carcajada. Frunció el ceño.- No te rías.- Por supuesto que Marie no entendía el qué era tan gracioso y su cara enfurruñada lo dejaba claro, eso no paró a YoonOh de carcajearse bien alto.- ¡YoonOh! ¿No puedes tomarte esto en serio?

El tono enfadado de la chica le dió bien a entender que estaba entrando en terreno peligroso y que si quería llegar a algún punto con aquella conversación debía empezar a dejar de reírse. Así lo hizo.

- Lo siento amor, es que ha sido demasiado adorable.- Los coloretes furiosos en las mejillas de Marie gritaron lo mucho que le había gustado el nuevo apodo. Él sonrió gustoso.

- Callate si no es para responder a mí pregunta.- Por mucho que su fachada de enfadada hubiese caído con la última frase de YoonOh, Marie hizo lo posible por no verse como una tonta enamorada. Casi funciona.

- Está bien, te seré sincera Marie. Esto también es extraño para mí. Sé que no hablo mucho de mí pero no suelo tener relaciones,- el corazón de Marie se aceleró con esa palabra.- siempre he estado enfocado en mi trabajo, supongo que es algo irónico que haya acabado con una alumna. Otro echo que me desconcierta, eres tan pequeña... Me asusta querer ir más rápido de lo que tú necesitas, eres una adolescente al fin y al cabo, yo un adulto.

- Yo no se lo que necesito, ni si quiera lo que quiero. No sé qué sería ir rápido o lento para mí, mientras no quieras preñarme o proponerme matrimonio claro.- Ambos rieron.- Yo solo sé que quiero estar contigo, con mi jodido profesor de historia del mundo contemporáneo.

- Yo también pequeña, y si no quieres que esto tenga nombre, no lo tendrá. Y si quieres que te pida que seas mi novia, me pondré unos tejanos, una americana e iré a buscarte a tu casa para pedirte que vengas al baile conmigo.

- Cualquier cosa menos que sigas siendo mi "sugar daddy".- Puchereó.

- Bueno tú puedes llamarme daddy siempre que quieras igualmente.- Con una risita Marie se subió al regazo de YoonOh. El primer beso no tardó en llegar, siendo dulce, húmedo y lento.

Con un ligero tirón en el labio inferior Marie se apartó.

- ¿Entonces...?

- Mmmh... Creo que podemos dejarlo en que somos pareja, ¿Si?