11.

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Marie estaba diferente.

O eso pensaba YoonOh mientras la nombrada le chupaba la lengua. Temblaba en sus brazos y emitía ruiditos de vez en cuando.
Notaba su piel caliente contra la mano y estaba al cien por cien seguro de que estaba sonrojada. La sentía nerviosa en el beso, siendo desordenada y sumisa.
Estaba echa un desastre. Incluso más que cuando lo hicieron por primera vez.

Y ahora solo se estaban besando.

Las manos de la chica, que colgaban de su cuello, tiraron del pelo castaño del mayor cuando esté presionó sus caderas hacia abajo y las movió de adelante hacia atrás, frotándose.

Los pequeños ruiditos se convirtieron en gemidos ahogados dentro de los labios contrarios.

Estaba diferente.

La excitación de ella lo excitó a él de sobremanera. No sabía que había pasado con el usual carácter sensual y experimentado de Marie, però esta versión también le gustaba. Y joder, el pensamiento de ser él quien la tenía así más los movimientos de ella sobre su entrepierna lo tenían más que duro.

Quería enterrarse en ella en aquel preciso momento, pero estaban en un maldito hospital. Se obligó a pararse a sí mismo antes de avanzar más.

- Pequeña.- Medio jadeó. Ella se separó y lo miró con ojos entrecerrados. Le acunó la cara.- Deberíamos parar ahora.- Asintió.

Por supuesto que Marie era consciente de dónde estaban, y de cómo estaba comportándose. Como una primeriza. Se encontraba nerviosa como una, de echo.

Pero no podía evitarlo, su cerebro se había desconectado y no podía hacer otra cosa que sentir, sentir y sentir.

Reposó su cabeza en el pecho de YoonOh y cerró los ojos. Extasiada.
Ambos calmaron su excitación con lentas caricias en el pelo.

Aquella noche Marie volvió a llorar abrazada a la almohada.

Todo lo bueno sentido durante la visita al hospital volviéndose un dolor aplastante y asfixiante en el momento que se separó de YoonOh. Se sentía enferma, quizás lo estaba. Pero si de algo estaba segura era de que lo único que podía calmarla era él. Su maldito profesor de universidad. Casi rió entre el llanto.

Era una locura.

No sólo haber mantenido una relación sexual con él durante semanas,
si no haberse enamorado de él.

Se asustó ante el pensamiento. Pero no sé lo negó. No iba a mentirse a sí misma.

Los últimos días las emociones salían a borbotones de su cuerpo, había estado realmente aterrada cuando aquella tarde había sabido sobre el accidente, y la sensación de alivio al ver que no había sido gran cosa casi la tira al suelo más tarde.

Cuando YoonOh la besó en el hospital sintió la necesidad de filtrarse en su piel, de tomar todo de él y que el tomase todo de ella. Era como si hubiese estado sedienta por años y probase el agua de nuevo, obviamente que no iba a poder dejar de beber y beber.

Marie sabía que el sentimiento iba más allá de "gustar", ella sentía amor.

Lo había sentido antes, pero mucho más leve, más suave. Como una caricia que la adormecía.

Aquella vez era un arañazo en el pecho, dejándola descubierta y desemparada ante la emoción. Era abrasador, quemaba cada vez que la tocaba. Lo notaba en todo su sistema.

El sentimiento era tan real que parecía palpable en su carne, como si fuese una capa que la cubría por completo y ya no podía desnudarse de ella.

•mr.jung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora