Leila Stark [SteveRogers Y Tu]

CAPÍTULO 6

Hay una enorme cama casi al centro de la habitación, hay dos pequeños muebles a cada lado, uno de ellos tiene una lámpara y otro tiene un reloj, hay un sillón al final del cuarto, un armario justo al lado de la puerta por la que entré y otro opuesto a la cama. Un silbido inconciente sale de mis labios al mirar impresionada el tamaño de la habitación.
Hay una puerta justo al lado de uno de los muebles, y al abrirla veo que es un baño, las paredes son tan blancas que podrían dejarte ciego, hay un gran espejo y un lavabo, justo al final hay una regadera y una tina, lindo.

Desabrocho mis botas con descuido y comienzo a sacarme la ropa a medida que voy hurgando en los cajones que hay, veo varios productos cerrados; shampoo, lociones y otras cosas, abro la llave del agua y me meto a tomar una ducha.
Es el primer momento de relajación en todo el día y me permito disfrutarlo al máximo. Comienzo a pensar sobre el intenso día que he tenido; pasando de estar en mi hogar con Tristán a estar en un lugar desconocido con personas ajenas a mí

En menos de 15 minutos ya me encuentro fuera, me envuelvo en una toalla y coloco otra en mi cabeza, abro la puerta y veo al capitán en mi habitación, esta mirando hacia la cama donde ahora hay varias prendas de ropa y algunos productos. Se gira hacia mi, su mirada se topa con la mía, me ve unos segundos antes de que su mirada se desvíe hacia otro lado avergonzado

- Lo siento, solo vine a traerte algunas cosas - dice rascando su cabeza en un gesto nervioso

- Gracias - digo y camino hacia la cama de manera cautelosa, él de manera automática se aleja, abre la puerta de la habitación y se despide por segunda vez

Hay un pantalón negro, una blusa color azul marino con algunos detalles grises en el cuello y ropa interior color rosa aun con la etiqueta, sonrío inconsciente al pensar que Steve haya pedido específicamente el color que dije que me gustaba, hay además diferentes productos de higiene personal y una pijama color violeta.

Cierro la llave del agua una vez termino de lavarme los dientes, me siento sobre la cama, abro mi mochila  en busca del diario de mi madre y lo encuentro sin mucho problema en mi vacía mochila. Me cubro con las cobijas y me muerdo el labio insegura de los que pueda encontrar en aquella vieja y pequeña libreta, en un arranque de valor leo la primera página, la fecha es de diez años atrás, contario a lo que pensé que tendría, el cuaderno solo tiene una lista de tareas y pendientes, paso de una página a otra aburrida. Suelto un suspiro al respecto y cierro la libreta antes de meterla descuidadamente a la mochila, apago la luz y me resigno a dormir

(********)

Me desperté hace apenas unos minutos, la luz del sol entra por mi ventana con todo su esplendor, el reloj en la mesita marca las siete en punto de la mañana, estoy acostumbrada a despertarme a esta hora así que desgraciadamente no tengo nada de sueño.
Me levanto y lo primero que hago es tender la cama, me quito la pijama y me visto con la ropa que Wanda me a prestado, lavo mis dientes y doblo mi ropa para ponerla sobre el sofá al lado de mi mochila

- Veo que tu padre te a recibido - escucho una voz a tras de mi, una que podría reconocerla donde sea. Tristan, me giro para mirarlo y le dedicó una gran sonrisa

Sonrío con melancolía sabiendo que realmente no esta aquí, esta prohibido que cualquiera salga de Antares sin autorización, pero puedo verlo como un holograma, tiene una sonrisa ladina y como siempre tiene su uniforme sin una mínima arruga.

- Sí, él ha sido muy amable

- Me alegro por ti - me sonríe - estás hermosa

- ¿Qué tal dormiste?, ¿Me extrañaste?

- ¿Qué si extrañé dormir a la orilla de la cama y quedarme sin cobija a mitad de la noche?, Bueno, he sufrido penas peores

Saco el dedo medio en respuesta y lo escucho reír, me siento nostálgica al tenerlo frente a mí pero impotente de no poder abrazarle

- Tengo algo para ti - sus ojos cafés están tintados de morado por la magia que esta utilizando, dice un par de palabras que no puedo escuchar y un par de objetos aparecen en mi cama, pasó la mirada descuidadamente sobre ellos y me vuelvo al moreno. Se escucha un puño golpear la puerta pero se que no es donde yo me encuentro - tengo que irme, ten mucho cuidado

- Gracias - le digo en un susurro –ahogado por mis propias emociones– que probablemente no es capaz de escuchar, su figura se disuelve frente a mis ojos y me muerdo el labio nostálgica

Los productos que ha traído para mí son algo de maquillaje, un abrigo y un par de dólares. Me dirijo al espejo con mi nueva adquisición; doy forma a mis cejas, coloco algunas capas de mascara de pestañas y me pinto los labios.
Hago una media cola, pero término recogiéndola en un moño y dejando mi demás cabello suelto. Guardo las cosas en mi mochila y me recuesto sobre la cama jugando con la delgada cadena de mi madre. Mis pensamientos son interrumpidos cuando alguien toca a mí puerta

- Adelante - digo en respuesta y giro la cabeza con dirección a la puerta. De manera inconciente una sonrisa se coloca en mis labios al mirar a Steve Rogers en el marco de mi puerta

- Tu padre me a mandado a despertarte.. - me sonríe de lado - y para que conste no soy su perra - bromea y ambos reímos - hay que ir a desayunar - hace un movimiento con su cabeza insitandome a caminar junto a él y obedezco de inmediato,un extraño nerviosismo se instala en mí mientras caminamos juntos hacia el ascensor - te vez muy linda, definitivamente el azul es tu color

- Gracias - sonrío tímida jugando con las mangas de mi blusa

- Estuve pensando, cre que voy a tomarte la palabra, definitivamente quiero saber más de dónde vienes - aparto la mirada de mis manos a su rostro, su sonrisa coqueta me hace reír nerviosa

- De acuerdo, es una cita - correspondo de la misma manera

- Buen día - pego un pequeño brinco al escuchar la voz de Clint quien se une a nosotros cuando las puertas del elevador se abren

El descenso es silencioso, Clint está parado unos centímetros adelante de nosotros dándonos la espalda, miro de reojo al rubio a mi lado y lo encuentro mirándome, me giro levemente para encararlo, y a pesar del sonrojo en mis mejillas alzo una ceja mostrándome determinada. Se acerca hacía mí, puedo sentir su mano rosar con la mía, segundos después; contrario a su acción se acerca a Clint y le pase una mano por los hombros en un saludo mañana

Las puertas del ascensor se abren, salgo de éste detrás del par de hombres que ya se encuentran entablando una conversación y los sigo con dirección a la cocina de donde proviene un aroma delicioso.
Me detengo unos segundos a admirar el paisaje que me ofrecen: Nat está totalmente concentrada en comer sus hotcakes, el chico del brazo metálico está realmente concentrado en el periódico ya que mantiene el entrecejo fruncido. Los demás mantienen una conversación trivial  y un hombre más se encuentra cocinando mientras tararea una canción al ritmo de sus movimientos, y sonrió al respecto, definitivamente podría acostumbrarme