CAPITULO 32

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El resto del día transcurrió normal, ayudé a los chicos a guardar las compras, y charlé con Scot sobre la tecnología que utiliza en su traje, y como había logrado hacer pequeñas las bolsas, y luego volverlas a su estado original sin modificarlas estructuralmente
Luego de un rato, llegaron Thor y Wanda, quienes habían traído más comida, y no pasó mucho para que Stephen llegara al cuartel con el resto del equipo.

Clint y Visión se ofrecieron para cocinar la cena, y Tony invitó a Stephen a quedarse a cenar en agradecimiento, y a pesar de que la cena estuvo bien, y tuvimos una charla agradable, el hecho de que Steve no quisiese salir de su habitación en lo que restó del día hizo que un sentimiento de culpa se me instalará en el estómago.
Un nudo en la garganta me atormentó durante toda la cena, incluso después de lavarme los dientes y acostarme a dormir. Él había correspondido el beso y me había seguido el juego. ¿Entonces, por qué ahora me castigaba ignorandome?

- Creí que estabas dormida - una voz familiar me saca de mis cavilaciones, y me siento en la cama para mirar mejor al hombre frente a mí.

- Siempre he tenido problemas para conciliar el sueño - sonrío a Tristán, quien se sienta a mi lado - Apenas debe de estar amaneciendo en Antares.

- Sí - sonríe el moreno - hace unos días que no sabía de tí, ¿Cómo has estado?

- Estoy bien

- No pareces estar bien

- ¿Acaso eres un experto leyendome?

- Sí, eres la persona más expresiva que conozco, y la única - agrega - ¿Qué sucede?, Puedes contarme lo que sea, somos amigos

¿Sería muy extraño contarle al hombre con el que has compartido casa, cama e intimidad, que sientes atracción hacía alguien más?

- Estás pensando demasiado

- No es nada

- Leila - dice mi nombre casi en un regaño

- Bueno, hmmm, estamos en una misión secreta, y me dejarán participar - respondo, lo cual no es una mentira

- Suena peligroso - dice. Subo y bajo los hombros, pero en ningún momento lo miro, no me gusta ocultarle las cosas. Él es la única persona que ha estado para mí en todo momento, ni siquiera mi madre se había preocupado tanto por mí - Creo que todo irá bien, eres muy valiente

Siento la calidez de su mano sobre mi pierna y me acerco más a él - Te extraño - me había ido a vivir con Tristán hace algunos años, mi madre estuvo de acuerdo, aparentemente estar con alguien con un buen cargo podría hacer menos horrible el hecho de que fuese hija de una traidora

- Yo también te extraño - dice abrazándome. Los abrazos de Tristán (o cualquier habitante de Antares) eran escasos de cualquier sentimiento, pero el anhelo por calmarme en sus ojos era lo único que llegaba a consolarme - Vamos a ir a firmar un tratado en Jotunheim, quizás pueda escaparme y venir a verte, por lo menos un par de horas

- Suena genial - sonrío mirándo sus ojos azules

- Tengo que irme o llegaré tarde - dice poniéndose de pie - Duerme bien - besa mi frente - Nos vemos pronto

Apenas el hombre desaparece unos nudillos tocan la puerta. Y al abrirla puedo ver a Peter

- ¿Estás bien?, Escuché voces

- Sí, estoy bien, estaba hablando… ¿sola? - frunzo los labios en una línea - Lamento que no pudieras ver a tu tía

El chico sube y baja los hombros desganado - Es solo una semana, ¿No? - le doy la razón con un movimiento de cabeza - En fin, solo quería saber si estabas bien

- Lo estoy, gracias por preguntar

- Bien, que descanses

El chico entra a su habitación, y yo me dispongo a hacer lo mismo pero antes de que pueda cerrar la puerta alguien lo impide, Steve. Me hago a un lado dejándole espacio para pasar, él mira a los lados del pasillo asegurándose de que nadie le vea y luego entra, cierra la puerta detrás de sí.

- No fuiste a cenar - digo en voz baja recargandome en la mesa de noche

- Tenía que aclarar mi mente

- ¿Y...?

- Lo que hicimos fue imprudente, casi nos atrapan - dice y se sienta en la cama

- ¿Entonces te arrepientes? - le susurro. Agacho la mirada y juego con mis dedos

- No fue lo que dije - por inercia levanto la cabeza y lo veo - Debemos de tener más cuidado, por lo menos mientras estamos aquí

- ¿Y luego qué? - me siento a un lado de él

- Cuando el momento llegue lo sabremos - me sonríe de medio lado - Mientras podemos seguir haciendo lo que sea que estamos haciendo

- Claro, y eso es...

- Bueno, me gustas y yo te gusto, no sé exactamente como se le dice a eso hoy en día

- Había olvidado que tienes más de setenta años - me burlo

- Y yo había olvidado que eres mitad alienígena - me contesta de regreso

- Mitad alienígena - le corrigo. Me recuesto sobre la cama y el se coloca sobre mí pero sin aplastarme

- Creí que ibamos a ser mas prudentes

- Y por eso voy a poner el seguro de la puerta

- El seguro de la puerta, el peor enemigo de cualquier superhéroe

Steve ríe al respecto y se coloca sobre mí. Nos centramos el uno en el otro, repartiendo besos y caricias hasta que un par de voces al otro lado de la puerta nos sacan de nuestra pequeña borbuja.

- ¿Has visto al cap?

- Lo siento, Nat, no tengo idea de dónde está - la voz de Scot se escucha del otro lado de la habitación - ¿Ya viste en su cuarto?

- Sí pero no está allí - se escucha de nuevo la voz de Natasha - Hey, Bucky, ¿Has visto a Steve?

- Sí, muchas veces - la voz del Súper-Soldado suena burlona y no puedo evitar reírme - ¡Auch!. No sé dónde está

- ¿Seguro?, Porque golpeo más fuerte que eso

- Romanoff, no tengo idea de dónde está, pero es viernes por la noche, debe de haber salido por ahí

- Steve Rogers. El capitán abuelo América. ¿Salir por la noche por ahí?- dice Natasha con burla. Steve abre la boca con indignación así que tengo que taparle la boca para que no reclame al respecto

- Sí, suena ilógico. ¿Te puedo ayudar con algo?

- No

- "No gracias, Scot, que amable de tu parte" - alguien imita la voz de la pelirroja - Oh sí, de nada Nat, para eso están los amigos

- A nadie le gustan los llorones, Lang. Sino preguntale a Bucky

- Vete a la mierda - se escucha la voz de Bucky antes de dar un portazo. La risa de Scot y Natasha se escucha del otro lado de la habitación, y luego de eso reina el silencio

- Lo mejor será que me vaya - dice besándome mis labios para intentar levantarse pero se lo impidio

- Quédate - le pido enrrollando mis piernas en su cintura - Solo unos minutos más

- Está bien - dice y se recuesta a un lado de mí. Me abraza por la espalda y me siento segura entre sus brazos

Leila Stark [SteveRogers Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora