CAPÍTULO 4

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Apoyo la espalda en la pared y me deslizó hasta que termino sentada en el frío suelo de cemento mientras veo el agua caer del cielo, mi estómago ruge y es cuando recuerdo que la última vez que comí fue unas horas antes del juicio, me quedo allí unos minutos mas hasta que una pareja camina frente a mi, vienen del lado contrario a donde yo llegue y noto que tienen una bolsa llena de lo que parece  comida chatarra
Me levanto y comienzo a caminar en busca de un local, todo esta oscuro con la excepción de la luz que desprende una máquina expendedora, jamás había visto una con mis propios ojos así que me dedico a mirar los productos en ella durante unos segundos, cuento la cantidad de golosinas que hay y quedo asombrada.

- Estoy creyendo que me persigues - abro los ojos con sorpresa ante la repentina voz tras de mí, me giro y allí esta el chico que me trajo, le sonrío de lado

- Aún no puedo olvidar tu hermosura - digo a manera de burla y él se lleva una mano al pecho fingiendo dolor

- Y yo que te iba a comprar un gansito - dice mientras camina hacia mi, no tengo idea de que es un "gansito" pero probablemente es una golosina - no sabes de que estoy hablando ¿Verdad?

- Soy nueva por aquí

- Si, definitivamente eres la persona mas rara que conozco - dice, saca un par de billetes y los mete a la máquina - lo siento, muñeca, no hay  - tuerce el gesto y finalmente presiona unos botones, segundos después dos paquetes caen

Toma uno de ellos y me lo da, miro el paquete de galletas de chocolate que me ofrece y mi estómago ruge al respecto, una sensación de deja vu me recorre pero no logro poder aferrarme al recuerdo

- Me llamo William - me sonríe y estira su  mano hacia mí en un saludo

- Leila - digo y nos estrechamos las manos, un repentino dolor de cabeza me hace torcer el gesto unos segundos, deduzco que tener el cabello mojado en un moño tan apretado  y no haber comido han sido definitivamente una mala combinación así que suelto mi cabello con algo de brusquedad y este cae en cascada, esta empapado así que lo agito, William lame sus labios y me mira de manera coqueta

Con la luz que desprende la máquina expendedora y la tenue luz de la luna me dedico a mirarle de manera detallada, tiene ojos cafés, el cabello algo largo de color café claro, tez blanca y algo de barba, sus labios son tentadoramente gruesos, viste un atuendo completamente negro a escepcion de sus botas cafés que hacen juego con su chaqueta y es quizás dos cabezas más alto que yo.
Cuando termino de recorrerlo con la mirada y vuelvo a sus ojos me doy cuenta qué él estaba haciendo lo mismos, me sonrojo intimidad

- ¿A dónde iras, Leila? - pregunta - ¿Puedo llevarte? - dice y señala su auto, que esta estacionado a unos metros de donde nos encontramos

- Compré un boleto para el tren, pero gracias

- Es una desgracia, tenía tantas historias que contarte - dice y acto seguido sube y baja los hombros - bueno muñeca, supongo que esta es la despedida

- Hasta luego Wil

- Hasta luego, chica rara - dice y comienza a caminar hacia su auto, y yo me quedo allí mirándole caminar bajo la lluvia, pero a medio trayecto regresa

- ¿Olvidaste al... - deja caer sus golosinas y toma mi rostro entre sus manos y acerca su rostro al mío dejando apenas unos centímetros de distancia entre nosotros, puedo sentir el calor que emana de su cuerpo y me pregunto si él se sentirá igual atraído que yo. Saber que él – y cualquier otro habitante de la tierra– será capaz de corresponder mis sentimientos es un insentivo extra, pone su mano derecha detrás de mi nuca y la izquierda la pone en mi cintura, me apega más a él y yo no me resisto más, cierro los ojos y me acerco unos centímetros más hasta sentir sus labios rosar los míos, una corriente eléctrica recorre mi espalda cuando une sus labios con los míos en un beso real, pongo mis manos en su cintura dejándome llevar por la sensación cálida y agradable que nos rodea.
 
Cuando siento que me estoy quedando sin aire el finalmente libera mis labios, estoy agitada y el también parece estarlo, nos separamos unos centímetros, me mira con sus profundos ojos cafés. Aferró mis manos a la pegada tela de su playera y lo atraigo hacía mí nuevamente para besarlo, corresponde mi beso y puedo sentir como sus manos se deslizan por mi espalda. Finalmente nos separamos, el recoge sus dulces del suelo, me dedica una última sonrisa y una vez mas camina hacia su auto

Me despido agitando mi mano de un lado a otro y camino de regreso a la parada con una sonrisa boba en la cara, un sentimiento nuevo se desbloqueó en mi, definitivamente haberlo besarlo a él era una sensación completamente diferente que besar a Tristán, por primera vez me había sentido comprendida.
El lugar esta completamente solo, camino al lugar diseñado para esperar, el aire frió sopla y me abrazo a mi misma para intentar mantener el calor
Estoy sentada en la pequeña banca de metal, me inclino en un ángulo de 120° y dejo caer la cabeza hacia atrás, cierro los ojos, los galletas reposan en mis piernas, me quedo allí unos segundos mientras espero que la brisa se pase

Escucho el ruido de una envoltura siendo apretada y reacciono de inmediato, tomo el brazo de la persona frente a mi y le doy un giro poniéndolo tras su espalda, lo empujo contra uno de los tubos que sostiene el pequeño techo que me cubría de la lluvia, me giro para ver a los otros que están detrás de mi y reconozco de inmediato a la chica pelirroja, suelto de inmediato el brazo del hombre frente a mi, el brazo de mi padre

- Lo lamento - digo de inmediato

- No, fue mi culpa - dice mientras  sacude su brazo

- ¿Que haces aquí?

- Estuve pensando y... no puedo dejar a mi hija en la calle - mira de reojo a sus compañeros y se aclara la garganta - como sea, hay que irnos ya

La chica pelirroja recoge mis galletas del suelo en gesto amable y papá nos guía hacia su limusina, me subo yo, Tony sube a mi lado y sus compañeros suben quedando frente a nosotros. Se quita la chamarra y me la entrega, no me mira a los ojos en ningún momento y casi de manera inmediata inicia una conversación con sus colegas, yo me coloco la chamarra y me abrazo a mi misma en un intento de conseguir una temperatura corporal decente

El chico desconocido abre mi paquete de galletas y se lleva una completa a la boca, me mira de reojo y me guiña un ojo, luego vuelve su atención a lo que mi padre dice
El trayecto es rápido y en menos de lo que pensaba nos encontramos en el edificio Stark.

Tony abre la puerta y baja, luego sus compañeros imitan su acción y finalmente lo hago yo, y allí estoy nuevamente, frente a la torre Stark, pero aparentemente esta vez si soy bienvenida

Leila Stark [SteveRogers Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora