Leila Stark [SteveRogers Y Tu]

Capitulo 47

- Leila, está bien, hizo lo correcto - la voz de Steve es dulce, casi como un susurro suave que me obliga a volver a la realidad, sus brazos rodean mi cintura y me obligan a ponerme de pie.

Me limpio las lágrimas con el dorso de la mano, y aparto la vista del cuerpo de Will como si su sola presencia quemara en mi interior. El aroma que emana el perfume de Steve logra tranquilizarme y me obligo a parar de llorar, Bucky se encuentra recargado sobre una de las cajas de madera, una mueca torcida se coloca en su rostro y extiende su mano hacia mí, correspondo el gesto y me acerco hacia él. Escondo mi rostro en el espacio que hay entre su cuello y su hombro evitando que el resto del equipo vea mis lloriqueos, lo rodeo con mis brazos y puedo sentir como su único brazo regala caricias a mi cabello.

- Vas a pagar por lo que hiciste - aún sin mirar atrás puedo reconocer la firme voz de María. Un golpe duro sigue a sus palabras y puedo escuchar a Camle toser sangre

- ¿Alguien sabe cuál es el número del mago?, No tengo idea de donde estamos - la armadura de papá hace un ruido característico cuando camina hacia mí y puedo sentir como me da un apretón cariñoso en el brazo

- Preferimos el término de maestros de las artes místicas - corrige una voz conocida, y me giro justo a tiempo para mirar a Stephen Strange cruzar un portal anaranjado - Stark, luces del asco

- No significa mucho viniendo de alguien que trabaja en un circo - papá alza una ceja en contraataque - ¿En dónde estabas? Te perdiste todo

- Ésta nunca fue mi pelea. Tengo otros asuntos que atender - Stephen camina con la trayectoria puesta hacia Loki, quien durante todo éste tempo se ha mantenido sereno a unos metros de Clint y Wanda - Como por ejemplo, saber qué hace él aquí

- Yo también me pregunto lo mismo - Steve se encuentra apenas a unos centímetros de distancia de mí. Parece que ya se encuentra en sus cinco sentidos

Las miradas pasan hacia el dios de las mentiras, pero Loki se abstiene de decir algo, y una mueca indignada aparece en su rostro, casi como si lo planteado fuera una grosería hacia su persona. Antes de que el interrogatorio pueda seguir, el cielo ruge en un trueno cuando Thor llega agitando su martillo, una sonrisa complaciente aparece en su rostro al vernos todos juntos

- Natasha está con Bruce. Veo que ya tienen todo bajo control por aquí

- ¿Thor, qué hace tu hermano aquí? - Stephen no se anda con rodeos y va directo hacia el par de Asgardianos

- Loki fue un miembro importante para lograr nuestra victoria - el entrecejo del rubio se frunce un poco ante la insinuación implícita en el tono del hechicero - Además, quien mejor para retractar a éste hombre que él mismo - Thor codea a su hermano en busca de su cooperación. Loki pone los ojos en blanco antes de utilizar una ilusión para cambiar su figura a la apariencia exacta de Camle

- ¿Creen que S.H.I.E.L.D caerá en el engaño? - Scott presiona el casco de su traje contra su propio pecho

- ¿Por qué no lo haría? - Loki alza una ceja retador y cruza los brazos sobre su pecho - Soy el dios de las mentiras por una razón

- ¿De verdad podemos confiar en él? - Clint mira receloso hacia Loki

- Puedes confiar en una cosa. Me encanta tener la razón - el dios de las mentiras vuelve a su apariencia habitual, pero su expresión no cambia

- Mientras vuelva a Asgard después de ésto, está bien para mí - Thor asiente con la cabeza hacia lo planteado por el hechicero - Excelente, los llevaré a casa - Stephen crea un nuevo portal, y la conocida sala de estar de la base vengadores se deja ver.

Scott y Peter son de los primeros en cruzar el portar con dirección a casa, y yo me separo del cuerpo de Bucky para imitar su acción. No miro hacia atrás ni pregunto qué sucederá respecto al asunto relacionado con Camle, al menos por mi parte ya todo está terminando, así que dejo todo en manos del resto del equipo. Mi vista se encuentra fija en las puertas del elevador y no me detengo a ninguna otra cosa, Visión me ofrece algo para comer pero rechazo la invitación. Presiono el botón y espero en silencio a que las puertas se abran para mí, Peter se une a mi espera y ambos entramos al cubículo metálico. El ascenso es silencioso, Peter también parece agotado por todo éste asunto y sujeta su traje bajo el brazo. Ambos cruzamos el umbral cuando las puertas se abren en nuestro destino y antes de que pueda escabullirme a mi habitación, el castaño me intercepta con un abrazo, no me quejo en lo absoluto y correspondo el gesto agradecida, nos mantenemos así unos segundos hasta que Peter retrocede