Leila Stark [SteveRogers Y Tu]

CAPÍTULO 25

- !¿Qué mierda estabas pensando?!

Los gritos por parte de Tony no han casado desde el momento en que entramos al cuartel. Casi todos habían ido a hablar con Rhodey para saber que ocurriría con los misiles. El doctor Strange está intentando despertar a Bucky, el cual, está recostado en el sofá frente a mi, Steve permanece serio mirando fijamente los movimientos del mago.

- ¿Por qué mierda no me miras cuando te hablo? - me sobresalto al escuchar el grito del hombre

Tiene puesta la armadura, a excepción del casco, su expresión es terriblemente sería, muerdo mi labio nerviosa. No estoy acostumbrada a que me griten, aunque más bien, nunca había echo nada que mereciera un regaño

- Te dije que no podías ir - tiene una mueca realmente molesta

- No, no me lo dijiste, estuviste gritando con Fury, así que decidí tomar una decisión - digo con voz calmada, lo último que necesito es empeorar las cosas

- ¡Una terrible!, Era una misión peligrosa, no escuchaste la palabra misoles - aprieto los labios intentando no reír a carcajadas por el error de Tony - ¿Te burlas de mí?, Muy bien, estás castigada, dame tu celular

- No tengo celular

- Entonces no puedes salir

- Nunca salgo - le digo con una ceja alzada

- Pues te compraré un celular y luego te lo quitaré - dice para dar media vuelta y salir de la sala dando fuertes pisadas

- Stark tiene razón, fue una pésima idea - está vez me regaña Steve - pero te agradezco por salvar a Bucky

Dice mirando al castaño, quién comienza a despertarse al mismo tiempo que suelta un par de quejidos

- Él estará bien - dice Stephen incorporándose - Tengo que irme

Steve solo le da las gracias en un susurro

- Buen trabajo, Leila - dice el mago dandome un apretón en el hombro antes de desaparecer por un portal

Pasan unos segundos en silencio, los cuales parecen eternos, pero en ningún momento me digno a mirar al rubio - Iré a mi habitación - digo en voz alta antes de ponerme de pie y soltar un jadeo a la par

- ¿Te duele algo?

- La espalda, Bucky es más pesado de lo que parece - digo mirando al castaño quién me dedica el dedo medio, rio levemente y sigo mi camino

- Espera, déjame buscar una pastilla para el dolor - dice el ojiazul deteniendome

- Estoy bien

- Insisto, además, es lo menos que puedo hacer si salvaste a mi mejor amigo

- ¿Porque no dices eso cuando está el imbécil de Falcón?

- Cierra la boca, Barnes - dice el rubio y el castaño solo bufa

Sigo al rubio hasta la cocina, y con algo de dificultad me siento sobre la isla, y lo observo atentamente, rebusca entre los cajones hasta encontar una caja blanca, saca una pastilla, sirve agua en un baso y me lo entrega
Tomo el medicamento sin rechistar, Steve se acerca a mi y me toma de la barbilla, examina mi rostro, toca con delicadeza mi mejilla y yo jadeo bajo por el dolor

- No debiste haber ido - dice mirándome a los ojos - ¿Que hubiera echo si te pasaba algo? - su voz se escucha calmada, casi como un susurro

- Estoy bien - le digo con una sonrisa incómoda, ya que estamos demasiado cerca, cualquiera podría entrar y vernos - tengo que ir a mi habitación