-Uff, por poco me ve- susurro en la seguridad de mi cuarto tranquilizado mi respiración agitada.
Cuando tranquilice mi respiración recurri a tomar una ducha y lanzarme a la cama para dormir sastifactoriamente, pero no, me quedé unos cuentos minutos pensando en las curiosidades de la vida, suspire desapareciendo mis pensamientos. Me levanto de la cama poniendo mis pies en mis pantuflas para salir de mi cuarto a la cocina en busca de leche, con el vaso de leche ya tomado me dedico a indagar la casa, cuando lo hago paso por su cuarto y me llena de curiosidad como luce mientras duerme así que entro y me le acercó, de cerca puedo admirar sus lindas pestañas y sus labios medio abierto, sonrió sasticecha por lo que me levanto y al sentir una mano mis ojos se abren en sorpresa, está me tumba sobre la cama.
-¿Pero que?-
Él pone un dedo sobre sus labios haciendo un sonido de silencio, -Quedate a dormir- me susurra y se levanta llendose al mini sofá que tiene.
- No puedo, a mi me enseñaron que niñas y niños no se mezclan después de las 7- digo encendiendo la luz del cuarto.
-Eres una pervertida Arlet. Me refiero a que te quedes aquí a dormir, pero si quieres hacer otra cosa eres libre de decirme-
-Dije que no se mezclan- levanto un poco la voz algo apenada.
-Hablemos un poco Arlet-
-Deberías ir a dormir- digo rápidamente.
-Tú lo dijiste- se levanta del mini sofá dirigiéndose a mi -hazme espacio-.
- No, no, no. Podemos hablar, pero después no me culpes si tienes sueño-
Gruñe un rato para luego tomar el tema, -¿Por qué viniste? ¿querías verme? ¿es que no te bastó observarse detrás de la puerta hace rato-
Suelto una carcajada - No fue eso, pero si quería verte por lo de la llamada telefónica-.
-Mmm- mira a lo lejos, - como veo las cosas creo que estaré fuera por unos tres días, por?-
-Te extrañaré- suelto sin darme cuenta pero a el no parece molestarle.
-Y yo a ti, pero ¿que se puede hacer?, no puedes actuar como mi secretaria, los negocios que tienen que ver con traficar órganos se deben hacer con máxima precaución- bromea y lo sé.
-Si fuera así no te estarías presentando mañana, así que eres un mentiroso- le sacó la lengua como una niña pequeña aún sobre su cama.
Rie leve para después retomar el caminar faltante hacia mi con una picara sonrisa, cuando llega me mira fijamente para luego levantar sus manos y despeinarme.
-Hey, hey, mi pelo- le regaño.
Empezamos a reír por el tono que use al decirlo, unos minutos después cuando paramos nos miramos fijamente a los ojos por un largo tiempo, mis corazón se estaban empezando a acelerar cuando note que el se estaba acercando poco a poco y senti una gran necesidad de hacer lo mismo, mi corazón se salía de mi pecho, podía jurar que el podía escucharlo y al rose de nuestros labios su teléfono sonó indicando una llamada, abro mis ojos rápido y puedo verlo, su rostro cambia a una de molestia, este maldice por lo bajo contestando la llamada.
Uff, se te nota que no quieres tu trabajo. Vale, estaré en camino, y ve preparando tu carta de renuncia.
Cuelga.
-Oye, no seas así- le digo mientras lo veo sacar una maleta de su closet, al ver que no responde nada añado, -¿Te ayudo en algo?.
-Oh, si, si. Solo duerme- dice mientra entra algunas cosas en la maleta, parece que termina porque se acerca a mi y me da un beso en la frente, - Te llamaré. Ah, la familia del jardinero Fred vendrá a hacerte compañía, ¡cuidate!- me dice antes de volver por su maleta y desaparecerse por la puerta.
Me quedo sin hacer nada por unos cuentos segundos, todo lo que pasó fue tan rápido que no pude asimilarlo, la manera en la que me atrajo y me puso los pelos de punta para después marcharse.
-Ahs- Gruño -¡que enojo! No puedo evitar este sentimiento molesto, simplemente él... él me deja sin aliento-
Después de gritar y patalear con una niñita quedo sin ánimos sintiendo mis mejillas arder, alejo todo pensamiento y me quedo en paz, hasta sentir dicho aroma, el aroma es esa extraña fragancia que podía distinguir muy bien, era el perfume favorito de Alex, olia bien, bastante bien. También pude presenciar sus flores favoritas en un florero, la puerta del balcón estaba media abierta, haciendo que las cortinas se levanten cada vez que la golpea un soplo de viento. Era simplemente relajante estar en su cuarto, la sensación que me daba me hizo dormir placenteramente hasta el amanecer.
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Recuérdame.
RomanceEsta trata sobre una chica, quien tras un accidente grave pierde la memoria, sólo recordando fragmentos de esta. Un día mientras estaba de paseo con sus dos amigos, son secuestrados y llevados a un mercado negro en donde él, un chico al escuchar su...