MI MEJOR AMIGO ES HETEROSEXUAL CAPITULO 15

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El lunes había llegado y con él el temor de el reencuentro que tendría Taehyung con Jungkook porque, a pesar de que el domingo recién pasado se habían visto, las cosas no habían terminado para nada bien.

Taehyung, después de que Jungkook la dejará prácticamente solo al irse sin el, tuvo que caminar hasta su casa que no quedaba tan lejos desde donde se encontraba aunque aún así no pudo evitar tirárse en su cama en el mismo momento en que cruzó la puerta de su habitación. Todo fue peor cuando su madre llegó a su cuarto y entró sin si quiera tocar la puerta.

—¿Y? —preguntó su madre con un tono esperanzado en su voz.

Taehyung, aún tirado en la cama, frunció el ceño sabiendo que su madre no lo veia pues tenia toda su cabeza enterrado en la almohada. Quería estar solo, pero claro, su madre quería tener algún tipo de conversación con el justo cuando lo único que quería era echarse a llorar.

—¿Y qué? —su madre soltó un suspiro de frustración.

—¿Cómo te fue en tu cita con Jungkook?

Taehyung tuvo que reprimir un gemido. Estaba tratando de no crear un mar de lágrimas y su madre le pregunta por la persona menos indicada.

—Mamá, no quiero ser grosera pero... ¿Te puedes ir? Quiero estar solo.

—Oh, así que no te fue tan bien ¿eh? —el no respondió— Bien, te dejaré solo. Si te da hambre quedó un poco del almuerzo por si es que te lo quieres comer como cena.

Sin más su madre dejó la habitación. Taehyung soltó un gran suspiro y comenzó a llorar desconsoladamente sobre la almohada dejándolo completamente mojado. Comenzó a gritar con la almohada en su boca impidiendo que el grito sonara demasiado fuerte.

Lo había jodido todo, y lo sabía. Y lo único que podía hacer en ese momento era llorar y llorar. Y así estuvo hasta esta mañana. Se levantó obligado puesto que ahora lo que menos deseaba ir a la escuela, más de lo habitual.

No había visto a Jungkook en toda la mañana, y como no coincidian en ninguna clase no podía saber con exactitud si había asisito o no. Eso fue hasta la hora del almuerzo cuando lo vio sentado con los chicos mientras reía alegremente.

Vaya, pensó Taehyung, al parecer no le afectó tanto como a mí nuestra "pequeña discusión".

Cuando el cruzó la puerta de la cafetería, inmediatamente sintió la mirada de Jungkook sobre el, penetrante casi fulminante. Lo odiaba, lo podía ver sus ojos. Y no lo culpaba en absoluto pues el también se odiaba. Su sonrisa abandonó su rostro en el momento en que sus ojos se posaron en el. Todos los chicos al ver la expresión seria de su amigo voltearon a ver hacia su dirección. Taehyung estudió cada uno de los rostros que la miraban. Yoongi lo miraba decepcionado, Namjon con una expresión de "te quiero aquí pero no se puede" hasta pudo ver como se encogía de hombros levemente, mientras que Jin lo miraba despreocupado como solía hacerlo. Éste último fue el único en sonreírle y al parecer, al único que no le importaba lo sucedido.

Taehyung desvió su mirada de ellos y se dirigió a buscar su almuerzo para luego, con bandeja en mano, comenzar a buscar alguna mesa desocupado porque claramente no se sentaría con sus amigos.

Algún día te perdonarán, le decía su conciencia. Pero el creía eso algo casi imposible.

Se sentó en una esquina de la cafetería donde resultó ser el único lugar con una mesa disponible. Nunca se había sentido tan solitario. Ni siquiera en sus primeros días en esta escuela. Taehyung soltó un suspiro. Deseaba tanto volver a ese primer día.

Pero, desgraciadamente, no podía.

Al igual que Taehyung, Jungkook deseaba volver a ese primer día en el que le habló deseando no haberlo hecho. No haberse acercado a el. Porque, ahora más que nunca, no podía ignorar su presencia. Había estado fingiendo toda la mañana que esta bien con lo sucedido, después de contarle a los chicos, demostrando cero interes para que no vieran lo mucho que le había dolido. Y a pesar de que era una mentira, solo había estado sonriendo y riendo como si no hubiera ocurrido nada. Pero ahora, con la presencia de el todo se venía abajo más aún cuando vio como entró en la cafetería dedicándole con una mirada que solo reflejaba arrepentimiento. Quería perdonarlo, en serio. Pero estaba dolido, demasiado, sentía como si hubiera roto su corazón. Él trató de no reírse ante ese pensamiento. Ni siquiera eran algo más que amigos como para que él pudiera decir eso. Además, su orgullo era muy grande como para perdonarlo. Se sentía tan estúpido que eso le impedía el acercarse a el. Nunca se había dado cuenta lo orgulloso que era hasta ese momento.

—¿No creen que deberíamos hablar con Taehyung? —preguntó Jin desviando la mirada de su amigo para girarse a ver a sus otros amigos.

Jungkook fue el primero en responder, y se sorprendió por cómo sonó su voz. Frívolo, distante, firme.

—No.

—Oh, vamos Jungkook. Tú hablaste con el, nosotros todavía no —repusó Jin.

—Si quieren vayan. Yo ya no tengo nada que hablar con el.

—Yo quiero ir —habló nuevamente Jin decidido—¿Ustedes?

Yoongi y Namjon se miraron entre sí.

—Yo también quiero conversar con el —habló esta vez Namjon levantándose junto a Jin, quien le sonrió.—¿Yoongi? ¿Vienes?

El chico miró a Taehyung antes de volver a mirar a Jungkook. Hizo una mueca en su dirección.

—Si tú no quieres resolver las cosas con Taehyung, esta bien, es tú elección. Pero mi elección es que es mi amigo a pesar de todo —se levantó de su asiento, no sin antes dedicarle una mirada de disculpa a su amigo quien solo asintió sin siquiera mirarlo.

Jungkook no se sentía traicionado, para nada. Los comprendía. Taehyung era su amigo, después de todo, así que entendía el que quisieran conversar con el y "arreglar las cosas" puesto que no lo sentían una gran traición como él. Además ellos no tienen sentimientos encontrados por el. Eso solo complicaba las cosas.

Jungkook se quedó solo, echado en su asiento, comiendo sin ganas lo que estaba servido en su bandeja.

Taehyung se sorprendió gratamente cuando los chicos se dirigieron hacia el. Pero se sintió decepcionado cuando notó que Jungkook no venía con ellos. El que más le importaba era él, siendo también, el que más le afectaba.

—Hey —dijo Namjon dando vuelta una de las sillas de la mesa colocándose frente a el. Lo único que se interponía entre ellos era la mesa.

—¿No están molestos? —preguntó Taehyung mirándolos con una mueca en su cara.

—Algo —confesó Yoongi sin moverse de su lugar.

—Yo no, por lo menos —comentó Jin sonriéndole.

—Me alegro de escuchar eso. ¿Y tú Namjon? —él le sonrió de lado.

—Nah. También te mentí, de hecho a todos, diciéndoles que era hetero. Así que no tengo derecho a estar molesto contigo —el le sonrió.

—Sin embargo, Jungkook... —la sonrisa se esfumó inmediatamente de su cara al escuchar su nombre.

—Nunca lo vi tan molesto antes —dijo Yoongi.

—Creo que está algo resentido, más que nosotros —supusó Nam.

—Quién sabe el por qué está más molesto, solo sabemos que de nosotros es el más dolido —Jin se encogió de hombros.

Taehyun trató de sonreír de lado sabiendo exactamente por qué Jungkook no lo perdonaba facílmente como ellos. Porque sentía hacía el mientras éste le mentía y se besaba con otro chico a sus espaldas. Claro que entendía el por qué estaba más molesto que los otros, pero aún así estaba feliz de que ellos no se lo tomarán tan a pecho y la perdonaran.

Taehyung dirigió una mirada rápida hacia donde se encontraba Jungkook solo. Bueno, hace unos segundos estaba solo porque ahora se encontraba conversando con Mingyu, quien le sonreía claramente coqueteándole. Taehyung no podía ver el rostro de Jungkook pues tenía la cabeza gacha pero casi podía ver que sonreía.

Algo se removió en su estomágo, casi como si sintiera asco de presenciar esa escena.

Mingyu nunca se le había acercado a Jungkook, no mientras estaba el a su alrededor, por lo menos. Pero siempre supo que el estaba detrás de su amigo. O de cualquier chico, en realidad. Sin embargo, no se podía imaginar a Jungkook con Mingyu, besándolo antes de susurrarle cosas lindas al oído mientras caminaban de la mano en el parque. Solo la idea le daba repugnancia.

Algo así como una ampolleta se prendió en la mente de Taehyung alarmándolo por completo.

Lo que el sentía no era repugnancia, eran los famosos celos... y no de los buenos.

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