A los cuatro días llegaste, no te mirabas igual.
Dabas sonrisas pero las notaba un poco distintas a las anteriores. Tus ojos eran de un verde un poco oscuros.
Me serviste el café, té sonreí y tú solo hiciste una indiferente mueca.
Ese día entendí que todos tenemos cambios de ánimos.
Esos cambios no me gustaban, quería verte sonreír como antes...
Quería verte radiante.
El anciano te invito a un café y lo aceptaste.
Daría lo que fuera por detener el tiempo y ver esa sonrisa verdadera que le distes a él.
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HANNAH LA CHICA DEL CAFÉ
Short Story❝... Las lágrimas son el lenguaje silencioso del dolor ❝ Voltaire En su momento te llegas a dar cuenta que todos necesitamos ser salvados, siempre estamos esperando a que llegue ese alguien para que nos ayude a levantarnos nuevamente, pero esta vez...