CAPITULO 19

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Es fácil encariñarse de alguna persona.

Ese poco tiempo que te conocía te agarré cariño, Hannah.

No importaba si tú lo sentías también.

Por el momento.

Me bastaba con tus horas compartidas conmigo.

Pero ese día note otro cambio en ti.

Cuando preguntaba si todo estaba bien tus ojos se tornaban cristalinos.

La hora de descanso la pasaste conmigo.

No decías nada, simplemente sollozabas sin razón.

O tal vez si había razón pero por lo reservada que eras no lo decías.

Acariciaba tus mejillas. Limpiaba cada una de ellas,

Tus lágrimas te dolían a ti y a mí también...

Me sentía fatal por no poder hacer nada para tranquilizarte.

HANNAH LA CHICA DEL CAFÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora