CAPITULO 21

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No eras la misma. Ahora eras más reservada.

Eras fría y no hablabas mucho con las
demás personas, solo serbias café sin sonrisas.

No había más horas conmigo.

Eras muy fría cuando compartías pequeñas frases.

Sé que lo llegaste a saber, Hannah, sé que mis ojos lo decían a gritos: me dolía que fueras así conmigo.

Tal vez mi error fue no ser tan entrometido contigo.

Tal vez debí preguntar más de tu vida.

HANNAH LA CHICA DEL CAFÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora