CAPITULO 25

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Ya no ibas al café, solo te la pasabas en tu departamento.

Ahora pasaba más tiempo contigo, ahora comenzaba a sentirme completo contigo. Cenábamos juntos, después de las cenas nunca faltaba tu cigarrillo entre tus labios.

Inhalabas el humo y lo dejabas bastante tiempo en tus pulmones.

Decías que te sentías bien al hacerlo.

Me lo creí. Siempre me creía todo lo que decías, Hannah.

Me odio ahora por creerme todo lo que decías.

HANNAH LA CHICA DEL CAFÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora