CAPITULO 30

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Me sentía falta, no me alegraba nada.

El médico decía que no había salvación,
sólo debíamos esperar a las quimioterapias.

Sonreías por que tu abuelo te ayudaba a seguir adelante.

Sonreías porque él era tu hombro donde podías llorar.

Ahora que ya no esta no te sientes la misma.

HANNAH LA CHICA DEL CAFÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora