LA HERMANDAD DE LOS TOREROS

Celebración

    La alternativa fue perfecta, Cesar, Marcos y Julián se van a celebrar al estilo torero, ósea con muchas mujeres y excesos; están en la discoteca del teatro, ha sido una tarde maravillosa y la noche promete hacer redonda la jornada.

- Que viva el mataooorrr, - con el vaso de whisky y la mano en la mano sobre su cabeza, Julián celebra el Doctorado de cesar.

     Una algarabía se forma entre su grupo de amigos, la música electrónica retumba el lugar, luces láser se proyectan desde el escenario, las vasos de los 3 amigos golpean una y otra vez, mujeres hermosas los rodean y contornean sus cuerpos sensualmente a la par de sus conquistas, Cesar tiene la mirada perdida, su cuerpo esta en la discoteca pero sus pensamientos están en otro lugar.

- Cesar, cesar donde estas, estamos aquí celebrando. Majo, mírame estas aquí con nosotros.

- Si lo siento, es que estaba recordando la plaza, la gente, lo adictivo que es escuchar los olee. Me entiendes.

- Claro que lo entendemos, Marcos y yo estábamos muy emocionados, al ver la lidia, fue como que pintabas un cuadro, toda una obra de arte.

- Recuerdas mi alternativa Cesar fue muy parecida a la tuya y recuerdo que cuando Julián fue por el par de banderillas casi lo coge el toro, pero elegantemente recompuso y salió bien librado.

- Marcos estamos recordando lo bueno, no tienes por qué recordar lo malo.

- Pero no fue malo, para mí fue el hecho de que arriesgaste el físico y no permitiste que te cogiera el animal, fue heroico.

- Bueno, bueno vengan, salud y que la celebración continúe, yo voy a ligar a unas de estas chavalas y me las voy a llevar al hotel.

- Así se habla Cesar. – con un grito Julián vuelve a celebrar. – que vivan los mataoooreeesss.

    Y nuevamente la algarabía se hace presente. La noche va subiendo la intensidad y se ha convertido en un bacanal, las mujeres ebrias y ya drogadas comienzan a mostrar sus senos, los matadores introducen las caras en ellos, es un show que no tiene control, dos hombres de contextura gruesa, con evidente musculatura de fisiculturista se acercan a el grupo descontrolado, son el personal de seguridad y les piden que es hora de retirarse del lugar, los matadores al ver a estos hombres se les enfrentan.

- Señores les pedimos que se retiren del establecimiento, ya las señoritas están un poco indispuestas y están haciendo una escena poco decorosa. Informa el personal de seguridad.

- Ese no es tu problema. -responde Marcos con un estado evidente de ebriedad. – ellas andan con nosotros y hacemos lo que se nos da la gana.

- Yo solo les pido que se retiren y continúen su orgía en otro lugar más adecuado. -Replica el guardia de seguridad.

- Yo soy Julián Ordoñez el torero más famoso de Madrid y ningún imbécil musculito me va a decir que debo o no hacer, me estas entendiendo negro asqueroso.

- Señor no me interesa quien es usted, yo solo hago mi trabajo y si me vuelve a ofender lo voy a echar a patadas.

    Sin mediar más palabras Cesar sale por un costado y como un rayo golpea en la cara a uno de los guardias, Julián y Marcos hacen lo propio, se arma una trifulca, golpes van y vienen, los gritos de las mujeres inundan el lugar, la anarquía se apodera de todo el local, la música se detiene, por unos minutos todo es confusión.

    Los toreros haciendo uso de sus habilidades logran salir de la discoteca, sin ser detenidos por la policía que se hizo presente, sus acompañantes quedaron en el interior. Los tres fugitivos se escapan por uno de los callejones.

- Cesar otra vez acabas una fiesta Jajaja. – dice Marcos.

- No fue mi intensión pero es que no soporto a los negros esos Jajaja...

- ¿Julián te golpearon con una botella? Si el imbécil ese me partió una botella, en la cabeza, me rompió un poco, pero no es nada, yo no me quiero quedar pelón pues con tantas cicatrices se me vería la infancia completa.

Todos ríen y se van caminando en la complicidad de la noche.