[ 009 ] breaking down

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Todos iban de camino a la playa en la parte de atrás de la camioneta que la pareja manejaba, el menor abrazando una pelota mientras que los demás llevaban bloqueador solar y lo que cualquier persona llevaría al mar.

Una vez se estacionaron, Jongho, Wooyoung, Yeosang y San salieron corriendo directo al mar al contrario de Seonghwa quien se sentaba en la arena.

No tardaron mucho en empezar a jugar y adentrarse mientras se lanzaban la pelota unos a otros, Hongjoong un tiempo después uniéndosele al mayor.

—¿No te agrada marco-polo?— dijo en tono divertido al ver al pelirrojo sentarse a su lado.

—En realidad... siempre le temí al mar. —Hizo una pequeña mueca mientras veía a los chicos mojarse completamente mientras se sumergían.

—Oh... lo siento.

—No hay problema.

Mostró una sonrisa al mayor antes de regresar la mirada a los más pequeños, sus risas complementando el sonido de las olas y los gritos de Wooyoung que sacaban una sonrisa a todos ellos.
Entraban y salían del mar como si fuese la primera vez que lo conocían y como si fuese la última también.

No parecía haber nada en sus mentes en ese momento, sólo el agua y su pequeño juego.

—Nunca los vi tan felices.

—¿Uh?— Preguntó Seonghwa, volteando a ver a su menor.

—Es decir... desde que nos aceptaste en tu departamento somos más felices que antes, claro,pero hay muchas preocupaciones, poco tiempo y muchos sueños... Siempre estamos al pendiente de que hay que conseguir trabajo, hay que pagar esto, pagar aquello... —Se tomó un tiempo para dar un suspiro y continuar.— No hay nada malo en eso, es parte de la vida adulta pero Yeosang y Wooyoung son sólo unos niños, nunca los había visto actuar como tal hasta ahora.

Los chicos desde hacía rato ya estaban sentados en la arena, esperando a que las olas los tocaran, hablando de cualquier cosa que se les viniera a la mente, la pelota descansando al lado de todos mientras Wooyoung escribía cosas en la arena, aunque el mar después viniera y tuviera que iniciar desde cero.

—Pienso que... nos quedamos en la fase de querer superar el pasado, trabajar para poder pagar la renta para no regresar a las calles... las calles de esa ciudad. —Su mirada regresó a Hongjoong, mientras las risas seguían en lo que ahora parecía ser el otro extremo de la playa.

Finalmente ambos conectaron miradas, la del más bajo siendo serena y algo melancólica.

—Siento que... esa ciudad guarda muy malos recuerdos para todos ¿no lo crees?

—¡Hongjoong! ¡Te toca!

Un Jongho gritó y aunque el mayor no entendió qué le tocaba fue hacia ellos dejando a un Seonghwa pensativo y mirando a la arena.

Lo peor de toda la extraña y repentina plática de Hongjoong era que tenía razón, el seguir estando en esa ciudad lo seguía atando de cierta manera a su pasado y no, no es que quisiera reprimir éste, siempre había sido de las personas que creen que es bueno recordarlo aunque hayan sido malas experiencias ya que eso te hizo crecer, es sólo que no quería estar atado a él, ni siquiera recordaba qué quería hacer antes de conocerlos a ellos, desde que llegaron todo fue dedicado a ellos y nunca se detuvo a pensar en el futuro, no, no estaba asustado, sólo curioso.

¿A dónde los llevaría todo esto?

—San tenía razón, ya estás viejo, ni siquiera estás jugando ¿te duelen tus huesos, hyung?

Un salvaje Yeosang apareció a su lado, portando una sonrisa ladina mientras disfrutaba la sorpresa de su mayor.

—No, sólo sigo cansado del viaje y la vista es muy bonita acá. —Respondió empujando suavemente al chico y regresando su mirada al cielo que se reflejaba en el mar.

—Vaya, si suenas como un viejo.

Comenzó a reír y esquivó cuando Seonghwa trató de agarrarlo, echándose a correr sin esperar que el contrario también empezara a perseguirlo.

Unos pocos segundos después fue alcanzado y lanzado a la arena, quedando debajo de su mayor quien le hacía cosquillas mientras repetía entre risa y risa un "Lo siento". Después de un rato Hwa decidió tomar aire y dejar respirar al otro, fue cuando enfocó la mirada en el chico bajo él que seguía riendo suavemente con los ojos cerrados

La risa del menor siempre le había parecido linda pero hoy por alguna razón le parecía deslumbrante.

Quizás fue el contexto, la sonrisa del rizado o la posición de ambos, pero cuando Yeosang abrió los ojos y los conectó con los del rubio lo primero que sintió fueron los labios de este mismo sobre los suyos.

utopia - seongsang/ateezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora