Barco.

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—Ya verás que te acostumbrarás a estar aquí. Los que vienen nunca se quieren ir y cuando ya son mayores de edad, aún vienen a visitarnos. Somos una gran familia.—Mandie parecía amable cuando le hablaba. Jinyoung se sentía raro allí pero le habían anticipado muchas cosas buenas sobre los Tuan. Según le dijeron Mandie y Mark se encargaban muy bien de los adolescentes y niños que les llegaban, por poco y su casa no era, literalmente, un orfanato. En esa enorme casa habitaban siete adolescentes y unos seis niños y un bebé, que a él ya le entusiasmaba conocer.

—Gracias, estaré a su cuidado.—hizo una reverencia y Mandie, tan joven como lo era lo deslumbró con una sonrisa.

—He leído tu informe, Jinyoung. Sé por lo que has pasado y lo dulce e inteligente que eres. Más tarde conversaremos sobre tu futuro y te presentaré a los chicos. Mark llegará mañana de su misión, estará encantado contigo.—la chica se levantó del sofá y él imitó su acción.—Te enseñaré tu habitación. Nosotros entendemos la privacidad de los adolescentes, por eso cada uno tiene su propia habitación. Los niños si comparten y Cassie duerme conmigo aún.—explicó. El menor asintió. No se sentía nervioso, no era su primera vez yendo a un lugar desconocido. Tenía bastante conocimiento de orfanatos y casas hogar, familias transitorias. Esperaba que ésta corta experiencia no lo dejara tan mal como las anteriores. Según le habían dicho los Tuan apoyaban los estudios de los que estaban a su cuidado si el chico en cuestión demostraba que podía ser capaz de conseguir una beca. Él quería estudiar pediatría. Iba a hacer lo posible por entrar a una buena universidad, quería independencia y trabajar de algo que le gustaba.

—Mark, ¿Él cómo es?—preguntó curioso mientras arrastraba su bolso por las escaleras siguiendo los pasos de Maddie. Ella suspiró.

—Es difícil de describir. Cuando lo veas, sabrás. Pero te puedo asegurar que te caerá bien, por eso me casé con él y decidimos hacer esto.—se detuvieron frente a una puerta que ya tenía el nombre de Jinyoung escrito en el centro.—Lo han hecho los niños, siempre están entusiasmados de recibir hermanos.—hizo una pausa.—La puerta de al lado es de Mark, frente estoy yo con Cassie y hay tres baños, dos siguiendo aquel corredor y uno abajo.—Jinyoung frunció el ceño por lo dicho.

—Pero...¿ustedes no...—Mandie hizo un gesto y puso el índice en sus labios.

—Shhh, ese es el secreto aquí. Mark y yo nos casamos para llevar a cabo esto, no hay malas intensiones pero para hacerlo solo pudimos hacer esto.—le guiñó el ojo.—¿Puedo contar contigo también?—preguntó. Secretos, los odiaba pero esto no parecía algo tan grave.

—Si, no diré nada.—sonrió y ella hizo lo mismo aliviada.

—Muchas gracias... Yo...—un llanto hizo que ambos voltearon.—Uh, alguien despertó hambrienta.—dijo sonriente.—Si quieres luego de instalar tus cosas o tomar un descanso, puedes bajar con nosotras.—ella entró apresuradamente a su cuarto diciendo un "Ya voy, pequeña. Mami, va por ti." Jinyoung sonrió, esa niña sería tan feliz si era finalmente adoptada por esta familia. Se adentró a su nuevo cuarto. Una cama de plaza y media ya dispuesta con mantas y cobijas, una cómoda, una mesilla de luz con una lámpara, paredes rojas, baldosas blancas y un armario.

Bien.

Bienvenida nueva vida.

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Serendipity. [Markjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora