Serendipity. [Markjin]

Balas.

Había pasado una semana desde que habían aclarado sus sentimientos, entre ellos no había cambiado nada, sin embargo. Jinyoung suponía que Mark estaba siendo cuidadoso en cada paso, pero él no podía evitar sentirse avergonzado cada vez que sus ojos se cruzaban en la casa. Ahora él estaba en la sala de computadoras con Mandie, ya que le había surgido un trabajo muy importante para el gobierno sobre una base terrorista, era raro que el trabajo de Mandie y Mark se combinaran pero ella no pudo evitar aceptar la oferta luego de ver a James, el superior de Mark, rogarle con disgusto que accediera. 

—¿Cómo aprendiste a hacer todo esto?— preguntó Jinyoung curioso viendo a Mandie mirar concentrada las pantallas frente a ella. 

—Digamos que aparte de Mark, no tuve ningún otro amigo. Siempre fui bastante ermitaña y mis amigos han sido virtuales.—suspiró.—Solo tienes que conocer a alguien que te enseñe cuando ya tienes una cierta idea y, no es por presumir, pero tengo un 185 en CI*— Jinyoung abrió la boca sorprendido.—Y digamos que era divertido ser puta con tontos nerds que lo más cercano que están a una mujer es pornotube.—rió. 

—Vi a Woojin y a Chan con computadoras hace unos días… 

—Ah, si. Les he hecho una prueba CI hace un par de meses. 130 cada uno, estoy orgullosa, dentro de poco serían capaces de sabotear sus notas en las escuela.— lo dijo orgullosa. Luego giró en su silla hasta quedar frente a Jinyoung, mirándolo como si estuviera analizándolo.—¿Cómo vas con Mark?— preguntó de repente. Jinyoung tragó saliva nervioso. 

—Si lo que te preocupa es lo que suceda sobre eso…no tienes que hacerlo, no haremos nada que perjudique al resto y… 

—No lo digas a la defensiva, cariño. Quiero saber si estás bien con él, si te hace sentir bien. Estoy preocupada sobre eso pero confío en Mark.— ella sonrió tratando de brindarle tranquilidad a Jinyoung. 

—Bueno, supongo que…¿iremos lento? Y…estoy bien ahora que hemos hablado.— mencionó. 

—¿Ya se besaron?— preguntó curiosa. Jinyoung se ruborizó.—No tienes que responder, Jae ya me dijo y tu cara me lo termina de confirmar.—le dio unas palmaditas en el hombro y Jinyoung quiso que lo tragara la tierra. —Si alguna vez quieres saber algo de Mark, puedes preguntarme, sé casi todo de él.—le guiñó el ojo.—Y lo que no sé, seguro me lo contarás tú.— Mandie sin duda era increíble. 

—Gra…G-gracias.—tartamudeó Jinyoung.

—Bueno, supongo que ahora tendré que buscarme una mujer para emparejar las cosas. Ahora mis niños tienen dos papis y una mami.—¿¡Mandie también estaba con eso!?

***

Mark intentaba, por todos los medios, ir lento con Jinyoung. Todavía tenía un año hasta que el chico se hiciera mayor de edad y su tutela fuera dada de baja, también no quería alterar a todos a su alrededor, si bien los mayores estaban al tanto de lo que sucedía entre ellos, los más jóvenes podían percibir las cosas como si fuera extraño. 

—Te doy un ejemplo. Tengo diez balas en mi arma, tengo que dispararle a cinco bastardos la misma cantidad para que sufran lo mismo. Haz la cuenta, Innie.— dijo Mark al niño. 

—Qué gran ejemplo, Mark.—sarcasmeó Jae a su lado. 

—¿Qué tiene de malo? Es mejor que lo de las semillas en la maceta. Tan aburrido.— se encogió de hombros. 

—¡Dos disparos en la rodilla a cada uno!— exclamó Jeongin. 

—Es es mi hijo.— soltó alegre Mark chocando los cinco con Jeongin. 

—Alejen a Jeongin de las matemáticas peligrosas de Mark y las armas.— dijo Mandie mientras bajaba las escaleras sosteniendo un bolso y una portátil.—Te lo encargo, Jinyoung.— el pelinegro venía bajando con ella.