Tensión.

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A Mark le dieron una licencia del trabajo, no solo para que descansará sino para mantener a su familia en un perfil bajo y protegerlos. El gobierno debía asegurarle que esto no volvería a suceder. Si bien él disfrutaba del trabajo que tenía porque le gustaba vivir al límite, cuando se trataba de sus seres queridos se permitía un lapso de tiempo para estar con ellos. Aunque sentía que acabaría por volverse loco en la casa a veces. Las chicas adolescentes lo tenían como expectador cuando se compraban ropa nueva y estaba al tanto de horas de chisme sobre los vecinos y jovencitos de la secundaria que no conocía. Los varones lo sacaban a jugar béisbol. Mandie lo usaba para cargar mercadería cada que iban al supermercado. Los niños lo tomaron de juguete y se la pasaba en el suelo con sus hijos jugando a las lucha libre o haciendo tarea. Cassie había adoptado un estado de consentida muy alto porque ahora quería estar todo el tiempo con él. Hasta su hermano había venido un par de veces a molestarle, Bambam simplemente iba y se quedaba hasta el anochecer ya que la casa en la que se estaban alojados quedaba más cerca a la de sus padres. Y Jinyoung...casi no podía quedarse a solas con él.

Pero eso iba a cambiar hoy que por fin regresaban a su anterior casa.

Se levantó aturdido y casi se le sale el corazón cuando se dio cuenta que no había nadie en la casa. Antes de que su mente pudiera formular cualquier llamado vio a Jinyoung sentado en el comedor tomando un café.

—Jinyoung, ¿dónde está el resto de la tripulación?—el menor ser sonrojó viendo a Mark.

—Fue una loca idea de Dahyun y Mandie...dijeron algo de tiempo a solas para nosotros dos.—en realidad el comentario fue más explícito. "Hay que dejar que follen pero con gente rondando todo el tiempo no van a poder. Nos iremos en la madrugada. Ten, Jinnie, te dejo preservativos con sabores." eso había dicho Dahyun. Y Jae se encargó de decirle que si no contaba detalles luego, irían a confrontar a Mark directamente.

—Lo siento, seguro esas idiotas te hicieron sentir incómodo.—dijo Mark rascándose la nuca en un gesto nervioso. Se sentía algo torpe ahora.

—¿Quieres que te prepare un café? Aún está caliente, apenas acabó de levantarme.—dijo Jinyoung. Mark asintió.

Pasaron unos minutos en los que ambos desayunaron en silencio tan sólo viendo las tostadas huntadas con mantequilla y sus tazas humeantes. Mark no pudo ignorar el sonrojo nada disimulado en las orejas de su chico. Hacía frío esa mañana, ¿por qué se sentía tan acalorado de repente? ¿O acaso se estaba poniendo nervioso por tener un momento a solas con Jinyoung cuando él era siempre un completo descarado en momentos así? Seguramente estaba más que consciente del menor debido a que Jinyoung también estaba pensando acerca de la situación en la que su familia los pusieron.

Ambos terminaron casi al mismo tiempo y se pusieron a lavar las cosas del desayuno juntos. Sus hombros se rozaban y era increíble como esa pequeña acción ya los hacía sentir una corriente de electricidad se desprendiera por todo su cuerpo. La tensión aumentaba conforme terminaban con lo suyo. Las ganas, el deseo estaban tan presentes en ellos que no podía negarse solo callar. Se secaron las manos y Jinyoung volteó a verlo, el corazón de Mark se alborotó por la mirada del adolescente.

—M-mark yo...— a la mierda. Mark lo atrajo contra su cuerpo con sus manos agarrando su cintura con posesividad. Sus rostros a pulgadas mientras Jinyoung se mordía el labio.

—Quiero besarte.—Jinyoung no sabía que decir a eso por lo que algo aturdido por la acción, sólo asintió. Mark se lamió los labios antes de juntar sus bocas. Los labios de Jinyoung, como siempre, sabían a gloria. Era dulces, tiernos, esponjoso, casi inexpertos sí no fuera por la cantidad de besos que le había dado antes. Jinyoung intentó seguirle el ritmo al intenso beso y se sorprendió cuando la lengua ajena rozó sus dientes en busca de adentrarse a su cavidad bucal. Aceptó sabiendo que eso no iba a quedar en un simple beso y aunque una parte de él estaba abochornada, no podía dejar de corresponder a algo que esperaba tanto porque este hombre lo encendía, cada parte suya que ni él mismo conocía quería a Mark. Quería a Mark con todo su corazón y todo su cuerpo lo llamaba. Lo necesitaba.—Jinyoung, si tú quieres que pare, te juro que lo haré.—el menor negó de forma adorable para Mark con su cabeza. Eso fue suficiente. El mayor guió las manos del contrario hasta sus hombros. Llevó las suyas hasta debajo de las nalgas del contrario y mordiendo su labio inferior luego de un beso, levantó a Jinyoung hasta que éste tuvo que rodear su cintura con sus piernas.

Serendipity. [Markjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora