Capítulo 3

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Al llegar la dejo en el sofá y subo al piso de arriba a prepararle un buen baño. Me esmero bastante vertiendo en la bañera aceites y sales de baño, no le vendría nada mal relajarse un poco. Cuando termino, bajo a buscarla y me quedo unos segundos observándola sin que ella me vea. Se la ve más serena y tranquila, ya no está rígida sobre el sofá, como hace un rato y se ha recostado un poco. Sin darme cuenta detengo la mirada sobre su cuerpo donde el lino mojado se ha vuelto transparente y puedo apreciar claramente el sujetador que esconde bajo la camisa. Vuelvo a sentir ese calor, que había sentido otras veces, como cuando estuvimos en la playa de la isla y ella comenzó a quitarse la ropa para darse un baño... Dios, ¿pero qué hago? ¿Cómo puedo pensar en estas cosas en un momento como éste? Sacudo la cabeza para librarme de estos pensamientos y me acerco a ella con una sonrisa cordial.

- Te he preparado un baño caliente, está en la planta de arriba.
- Gracias, me vendría muy bien. –Dice bajando la mirada con una media sonrisa en la boca.

Le tiendo la mano y subimos escaleras arriba.

Cuando la dejo en el baño, vuelvo a bajar y descuelgo el teléfono para llamar al Doctor Aurelius. Le cuento todo lo que acaba de pasar, y el estado en que se encuentra Katniss. Él me contesta que antes de que volviera al 12, Katniss y él acordaron una terapia que mantendrían por teléfono (ya que él vive en el Capitolio), pero que esas llamadas dejaron de realizarse por parte de ella, y que cuando lo hacía él, no había línea. Por eso hacía ya varias semanas que no hablaban y estaba preocupado.

Finalmente con lo que él ya sabía y lo datos que aporté, concluye que Katniss está sumida en una profunda depresión y, probablemente también padezca shock post-traumático tras la pérdida de su hermana.

Me receta unas pastillas de nombre impronunciable para que compre en la farmacia que acaban de abrir al lado del nuevo hospital.

- Además, también estará resfriada así debes estar pendiente de la temperatura y haz que visite un médico. Mantenme informado de su evolución y, por favor, intenta convencerle de que retome la terapia conmigo cuanto antes, me quedaría mucho más tranquilo.
- No se preocupe, Doctor.
- Peeta, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? Llámame sólo Aurelius, no me gustan nada las formalidades. –Afirma en tono un tanto paternal.
Y yo sonrío al otro lado del teléfono. Pese al aspecto tan formal que le otorgan esa barba blanca, las gafas de media luna y las ropas tan típicas del Capitolio, el doctor es una persona bastante sencilla y afable.
- Está bien, Aurelius. –Respondo.
- Y recuerda que el mejor tratamiento que puedes usar con ella es estar ahí, chico. Sabes lo terca que es, pero tienes que ser fuerte. Ella te necesita más que nunca y solo tú puedes ayudarla.
- No la dejaría ni porque ella me lo pidiera, créeme. –Y un segundo después me arrepiento de delatarme así.
- Lo sé.

Tras una pausa me dice que tiene que colgar, ya que tiene muchos pacientes que atender, me despido de él.
- Cuídate mucho, Peeta... y cuídala. –Y después cuelga.

Vuelvo de la farmacia y aún no ha salido del baño, así que le preparo un chocolate caliente, y la espero en el salón.

Cuando la veo bajar las escaleras una sonrisa burlona intenta asomarse por mi boca, pero me recompongo en seguida; no es momento para bromas.

Es Katniss. 

Lleva puesto un pantalón de deporte y una camiseta mía y, el hecho de que sea varias tallas más grandes y que lo lleve arremangado de cualquier manera es lo que le hace estar tan graciosa. Ella se da cuenta de mi reacción.

- Cinna habría elegido algo más elegante para la ocasión. – Dice.
- Cinna se sorprendería al ver lo bien que te sienta la ropa del chico del pan. – Y vuelvo a arrepentirme de nuevo de mis palabras, que salen de mi boca sin pensar. Dios...,tengo que ponerle algún filtro a mis pensamientos si no quiero que salga espantada.
- Ven, siéntate, he preparado chocolate. –Digo cambiando de tema.

Ella obedece y, aferrándose a la taza me cuenta lo que ocurrió.


¿Dejaran de ser trágicos para ser solo amantes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora