JungKook

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Gruñí a punto de darme por vencida, intenté unas diez veces pero no lo logré, era un fracaso. Mi imaginación no apareció en ningún momento al punto de sentirme frustrada. Quise acabar a golpes mi portátil y es que la presión que tenía encima me ganaba.

Di un sorbo al tea dietético que tenía a mi lado, chasqueé la lengua borrando algunas palabras del borrador que llevaba meses escribiendo. Además, no me estaba alimentando bien, me sentía débil. Lloriqueé al punto de jalarme el cabello y ahogar un gritillo.

Reí cínica y dejé que mi espalda chocara con la el cabecero de mi cama. Mi habitación estaba en pésimo estado. Ropa tirada de un lado a otro, algunos vasos vacíos en mi mesa de noche. No había tomado el sol hace unos días cuando mi mente decidió darme una mala pasada y tenerme tumbada en mi cama.

Al instante en que resople escuche como llamaban a la puerta, estuve a punto de decirle que pasara pero se me adelantó, asomó parte de su rostro por el rabillo de la puerta temiendo que le echara por tercera vez en el día. Pero, ya no me sentía con ganas de hacerlo.

- noona.- me llamó en un susurró. Le sonreí solo para que su rostro de roedor asustadizo desapareciera y además fue la señal que se tomó para entrar y cerrar la puerta detrás de él. Mire mi ordenador y le cerré sin importarme poco si se maltrataba al  fin y al cabo era hora de un cambio.- ¿No has terminado?.- mi compañero de piso se veía algo aturdido y preocupado porque no salía de mi habitación para nada, solo si necesitaba ir al baño.

- No...- respondí un tanto decepcionada, al instante el menor frunció los labios sintiendo pena por mi, me escogí de hombros intentando aparentar que me importaba poco.- Terminaré luego. No te preocupes.- pero, al contrario negó con la cabeza y tomó asiento a un lado de mi cama.

- ¿Sigues atrapada en esa escena?.- su pregunta me tomo de sorpresa, asentí bajando la mirada sintiendome un poco avergonzada.- Te dije que si necesitas ayuda, me lo pidieras. Pero conociéndote se que no lo vas a hacer.- su voz se oía un tanto agotada.

Pero, es que era obvio que no le pediría ayuda. Ni en mis últimas condiciones o eso creía yo. Pedirle a JungKook aquel favor era someterme a responder por lo que iba a ocasionar en nuestra linda amistad. Y no es que no quisiera, era que no tenía tiempo para pensar en eso, y siempre lo evadí, asustadiza.

- Dios, Kookie.- exclamé en un suspiro un tanto sonoro.- Es un beso.- se encogió de hombros sin darle importancia.- No puedo escribir un beso. Es tan ridículo.

Un beso, que ansiaba dárselo, claro que sí. Pero, no me sentía con la valentía de hacerlo. JungKook dijo que no había problema con él, le daba igual. Y era ese el por qué no quería hacerlo. Porque para mí si era algo. Porque yo si tenía sentimientos y no quería terminar lastimada.

- Es un simple beso, Sky noona.- utilizó ese sobrenombre a su favor sabiendo la debilidad que tenía cuando salía de sus labios. Me lo pensé pero me quedé sumida en silencio.- No entiendo por qué lo piensas tanto.

- ¿Por qué tanta insistencia?.- algo que me carcomía la mente era la insistencia que tenía para que yo aceptara, nunca paso por mi cabeza que alguien como JungKook se interesa en alguien como yo. Es decir, éramos totalmente diferentes.

El era algo muy soft, que te daban ganas de cuidarlo, derrochaba confianza en si mismo, y la timidez no combinaba con él. Todo lo contrario a mi, era tosca, me valía por mi misma pero la inseguridad siempre me reinaba. Además, yo era mayor que él, no era un problema pero seguía siendo algo un poco molesto.

- Yo...Uh...Eh.- se quedó tibiteante peleando consigo mismo si debería decirme algo. Espere algo curiosa.- Quiero saber como son tus labios. Y por supuesto que quiero ayudarte.

Deje de respirar, su respuesta cautivadora me hizo reír casi cínicamente, negué con la cabeza convenciendome de que solo era una de esos sueños que tenía con su persona. Hasta quise pellizcarme.

- Jeon.- no solía llamarle por su apellido, cada vez que lo hacía era porque le iba a reprochar algo, como que cerrara la puerta cuando entrara al baño, que lavara sus trastes, que limpiara su habitación (aunque la mía y la de el solían tener competencia por ver cual era la más desordenada) pero no era el caso.- No me hagas esto, Kookie.- lloriqueé zarandeando su brazo como una niña pequeña. Alzo ambas cejas y chasqueó la lengua.

Y perdió la paciencia hacia mí, literalmente. Se acercó con tal rapidez a mis labios que logró que chocarán con los míos. Esta vez lo había logrado, JungKook había intentado besarme más de una vez pero siempre había sido lo suficientemente rápida como para esquivarle y darle un golpe en el pecho mientras le reñía. Esta vez lo había conseguido, me había tomado desprevenida y sin ningún tipo de censor.

Se movió con timidez como si temiera que le diera un empujón o una bofetada, algo que jamás y menos en ese momento haría. Me tomo segundos darme cuenta que Jeon me besaba, cerré los ojos estúpidamente e intente muy torpemente seguirle el ritmo, sus labios tal y como los imaginé eran una maravilla, dulces, tibios, suaves.

Quede sorprendida por como lo hacía, como si tuviese mucha experiencia. Obviamente con mis ventidos años de edad había besado a alguien, estaba claro. Pero, no a alguien que deseara. Jungkook decidió que debía de escalar más arriba, sus manos almohadaron mis mejillas en un tacto suave, mordisqueó mi labio inferior haciendo que un gimoteo se saliera de mis labios.

Jungkook con diecinueve años de edad sintió que su respiración no daba para más. Y se separó de mi casi a regañadientes, respire pausadamente analizando con mi escasa mente lo que había sucedido. Mi compañero de piso me había besado. Y no me arrepentía.

Me quedé embelesada observando como sus labios se veían rojizos e hinchados, se veían tan apetecibles. Jeon pareció darse cuenta y no dudo mucho en acercarse por segunda vez quitándome el aire y haciendo que mi corazón partiera con fuerza.

Sonrió contra mis labios, y acaricio mi mejilla.

- ¿Crees que es suficiente para tener inspiración?- preguntó con ese tono risueño que tanto me gustaba que utilizase conmigo. Alzó ambas cejas y miró mis labios por unos cortos segundos.

- No.

- ¿No?.- se río dejando un beso en la punta de mi nariz.- Vale. Entonces te daré otro.- y por tercera vez deseé que me diera un infarto. Mi corazón latía con fuerza al punto de creer que se saldría de mi pecho. Besó. Me besó con una rudeza que nunca creí verla en Jungkook. Y por si fuera poco, sonreí y me di cuenta que lo único que necesitaba era eso. Un beso suyo y de nadie más.

Estaba más que claro que cuando ese adolescente saldría de mi habitación las ideas iban a volar por mi mente. JungKook causaba estragos en mi con tan solo decirme noona.

Pero mi sonrisa duró poco en cuanto me di cuenta que esto al fin y al cabo no era nada. Solo eso. Nada. Kookie pareció enterarse y leerme la mente.

- No quiero verte así. Te besare todo los días. No como una noona sino como una mujer.- se declaró hacia mi. Entreabrí los labios para decir algo pero termino siendo en vano. Me había dejado sin palabras. Jungkook me había dejado sin palabras. Sonreí, negué cínicamente porque no me lo creía pero estaba pasando.

- Ven aquí.- jale de su brazo casi sorprendiendome a mi misma, y le bese.

Le besé en la vida Real y en el manuscrito que tenía que dar que por cierto fue recibido por grandes elogios de mis editores.







Wenas, ha pasado tiempito, me he tomado un descanso, perdónenme. Hay algunos pedidos que no he escrito, sorry. Pero, no he tenido tiempo, estoy en vacaciones pero solo me la he pasado estudiando  además estoy corrigiendo los primeros one shots que publique porque son un asco en ortografía y redacción y me da pena leerlos lmao

Comed bien, hijos. ♡♡♡

ONE SHOTS BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora