Skinny Steve y Tony Stark (Omegaverse)

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Abraham Erskine le envió una mirada con un significado que él no pudo descifrar.

Pero aún así, no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios.

Estaba dentro del ejército Estadounidense.

—¡Papá!

Steve levantó la mirada y un pequeño castaño corría hacia él.

Agachándose un poco, estiró los brazos para recibir al niño.

—¡Peter!

Su hijo tomó impulso y se aventó contra su cuerpo. Rogers empezó a reír.

Su cachorro era muy fuerte... O él era muy débil.

—Papá ¡El abuelo hizo un carro volador! —Grito en excitación el pequeño. Sus ojos brillaban con emoción y tenía una enorme sonrisa.

—¿De verdad?

—¡Si!

Una risa masculina, con tintes elegantes llegó a los oídos de Steve.

Pronto sus ojos se encontraron con unos castaños, tan similares a su hermoso Peter.

—Tony...

—¿Es un moretón lo que veo? —El hombre se acercó con un gesto preocupado.

El Alfa sonrió apenado.

—No es nada, Tony.

El hijo de Howard levantó una ceja y rodó los ojos.

—Me alegro, porque pienso cortarte las bolas.

—¡Bolas! —Gritó el cachorro de ambos.

—¡Tony, lenguaje!

—¡Lenguaje, nada! No creas que no te ví con Bucky y esas mujeres.

Steve estaba por defenderse, pero Peter grito extasiado por las luces de la Feria.

—¡Papi! ¿Podemos ir? —Anthony, como era costumbre, no pudo decirle no a su cachorro.

En silencio, ambos tomaron las manitas de su hijo y se dirigieron al centro de atención.

—Tony... No es lo que piensas.

—Estaba preocupado por ti, Rogers.

El niño se encontraba jugando con Howard.

Ambos eran unidos, además de que el hombre de edad madura, parecía derretirse ante su nieto.

—Perdóname. —Abrazo al Omega esparciendo su aroma.

Tony dejó la mueca molesta, para sonreír leve.

—Si me dices cuanto me amas... Puede que lo consideré.

Ambos rieron.

—Te amo más que a mi vida Tony... A ti y a nuestro cachorro.

El castaño lo beso como tanto lo había necesitado. Se perdieron en la suavidad de los labios del otro, en los aromas que tanto les gustaba y en la sensación de felicidad.

Podrían estar en Guerra, pero eso no era impedimento para amarse.

—Hay algo que tengo que decirte. —Tanteo el rubio.

—¿Es algo bueno?

—Puede... Que si.

Tony lo miro curioso.

A lo lejos, Peter seguía emocionado.

—Estoy dentro. —Dijo de manera simple y sin rodeos.

El Stark lo miro con incredulidad para después sentir como el piso se le movía.

—¿Qué?

—Podré protegerlos... Al fin seré de utilidad, Tony.

—Pero... —El Omega no encontraba las palabras para expresar su pensar, menos si los ojos de su Alfa parecían brillar.

Sin más, sonrió con orgullo. Steve era alguien terco, necio, aferrado... Pero era poseedor de un valiente corazón.

—Felicidades, Steve. —Abrazo el pequeño cuerpo de su pareja y beso su mejilla—. Sabía que lo lograrías.

Rogers no hizo más que aferrarse a su pareja.

Quería servir a su país, quería terminar con esa guerra, quería que su cachorro tuviera una vida sin peligros... Quería que su familia estuviera a salvo.

—Terminaré con esta guerra. —Prometió—. Y volveré con ustedes.

Tony asintió; después de todo ya tenía un plan.

No dejarías a su esposo solo. Si era necesario, él también entraría al ejército.

Diferentes Formas De AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora