Young Tony y Skinny Steve (Omegaverse)

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Odiaba a los omegas, los odiaba con todas sus fuerzas.

Los detestaba al grado de querer ser como ellos.

Él jamás se había quejado de su casta. Era un Beta feliz y libre, alguien que no tendría que sufrir de celos irregulares y de instintos animales sin control. Era, lo que todos dicen, normal.

Estaba bien con eso.

Ahora no.

—Ya, Tony, por favor. —Natasha, una Alfa de Medio Rango, se encontraba sobandole el hombro en consuelo.

El joven gimió dolido.

—Dejame solo, Nat. —Y aún llorando, escondió su rostro entre sus brazos.

Todo había comenzado hace unos meses.

Steve Rogers, era lo que Tony más amaba.

Era el hombre más atento y romántico que había conocido. Y era completamente suyo... O eso pensaba.

Cuando se conocieron, hubo una gran química entre los dos.

Los cortejos y los coqueteos surtieron su efecto; Steve le pidió que fuera su pareja.

Ambos, siendo Betas, no tenían de que preocuparse.

Pero, el problema radicaba en eso; Steve no era un Beta.

Luego de malestares, de comportamientos no propios del rubio y de mareos constantes... Rogers fue examinado y declarado Alfa Alto Rango.

Increíble para muchos, sobre todo por el cuerpo delgado y bajo que mantenía el chico de ojos azules.

Muchos se burlaron y dudaron del mejor médico de la zona –porque sí, Tony no dejaría a su novio en manos de cualquiera–.

Por su parte, Stark organizó una gran fiesta en nombre del nuevo Alfa.

Estaba realmente feliz por Steve.

La vida le había sonreído y Anthony no podía estar más aliviado que en ese momento.

Todo iba sobre ruedas, pero como la suerte es una maldita perra que te da la espalda en cualquier oportunidad que se le presenta, la pareja destinada de su Stevie apareció.

Margaret Carter. Mujer aguerrida, de fuerte carácter y hermoso ser.

Tony sentía la atracción de estos dos... Eran el uno para el otro.

Y dolía.

Dolía ver el brillo en los ojos de ella, dolía ver como Steve sonreía involuntariamente cuando sus miradas se topaban, dolía saber que él jamás sería un Omega para su Alfa.

—Malditos Omegas.

Tony se sentía como el chiquillo que se negaba ser.

Su corazón estaba partido en miles de fragmentos.

En medio de toda esa tristeza, sintió como un tierno beso fue depositado en sus cabellos castaños.

Sabía de quien se trataba, sin embargo, las ganas de verlo no estaban presentes.

—Vete.

Ignorando su pedido, se sentó a su lado y lo abrazo fuerte y de manera protectora.

—Tony, tenemos que hablar.

—No quiero.

—Tony...

—Déjame en paz, Steve.

Se quedaron en silencio.

Rogers paso sus dedos por la nuca del Beta y sonrió ante la suavidad de las hebras.

—Te amo. —Dijo, mientras el cuerpo de Tony se tensaba.

—Mientes.

—Jamás te mentiría en algo como eso. —Los ojos azules del joven estaban fijos en él.

Anthony suspiro y levanto la mirada.

Steve limpio las lágrimas que aún quedaban en sus mejillas y le sonrió con sinceridad.

—Eres hermoso.

—No tanto como tu Omega. —Vio como el rubio suspiraba mientras negaba con la cabeza.

—Peggy no es mi Omega.

—Yo tampoco lo soy.

—Pero eres el amor de mi vida, Tony. —El más delgado tomó las mejillas del moreno y las acarició con cariño—. Te amo, te amo, te amo... Puedo repetirlo todo el día.

Por primera vez en semanas, el castaño sonrió.

—Peggy...

—Es una gran amiga. —Aclaró el joven de cabellos claros—. Ella y yo renunciamos al enlace.

Tony sonrió entre lágrimas.

—¿Es doloroso? —Pregunto con miedo. No quería que Steve sufriera.

—Lo sería si uno de los dos está enamorado del otro.

La nariz de Rogers chocó con la suya. Se mimaron por un momento y, aunque Stark no lo percibió, Steve desplegó su olor, con la intención de dejar su aroma impregnado en el cuerpo de su pareja.

—¿Qué es lo que harás ahora? —Tony estaba perdido en el calor de su novio.

—Amarte por el resto de mi vida.

Diferentes Formas De AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora