Si Thomas no hubiera jalado el gatillo. (Newt FanFiction)

Capítulo 15: Días en Denver.

-¿Podemos hacer eso?

-Si, desde que tomaron Denver.

-Vale, pero si pasa algo fue tu idea.

Summer quería salir a Denver y buscar en no se donde, no se que archivo, para no se que enviar a CRUEL... O algo así...

-No seas cobarde, no pasará nada.

-¿Cuando salimos?

-Ahora.

Me guiñó el ojo.

-Alista tus cosas para un viaje de varios días, rubio.

Mordió su labio... Maldita sea, está loca.

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-¿En serio?

-Si.

-Bueno, si tu lo dices, Newt. Más no creo que si mencionamos que va de parte tuya también vengan... Por ti...

-Son unos desgraciados capaces de todo lo imaginable. Vendrían por mi en un parpadeo.

-Bien, entonces no pondré quién la envía. Así tampoco "vienen por mi".

Dice lo último haciendo con sus dedos señas. Su sonrisa levanto sus mejillas, las cuales tenían manchas moradas debido a la falta de descanso.

Teníamos dos días en Denver, pero, caminando, tardamos otro día entero en llegar debido a mi renguera. Ayer sólo estuvimos jugueteando por las calles, haciendo tonterías, hoy nos dedicariamos a hacer lo que Summer venía a hacer. Tardamos en encontrar las máquinas para escribir y enviar a CRUEL, pero al final, estaban en donde hacían la prueba contra la Llamarada. Justo en la entrada de la ciudad. Y, por suerte, aún funcionaban dos.

-Leela una vez más.

-Querido C.R.U.E.L, ¿donde mierda está la dichosa cura?. Recuerdo bien que prometían y juraban que habría una desde que yo era pequeña. Han pasado casi dieciocho años de eso y aún no escucho nada al respecto. Me alegraría saber por lo menos si han estado trabajando en ella. ¿O tienen fecha ya para anunciarla? Más que un capricho, es una necesidad. Realmente, fervientemente la necesito. O ya por lo menos, información al respecto. Esperando su más pronta respuesta, Una Crank más.

-Bien. Supongo que ya la puedes enviar, ¿No?

-Supongo... No es lo que pensaba, pero supongo que está bien.

-¿Nos podemos ir ya?

-De aquí, si. De Denver, no. Hay que esperar por lo menos tres días la respuesta. Si al cuarto día en la mañana no hay nada, nos vamos.

-Vale. Entonces vámonos.

En el trayecto reinaba el silencio. Comenzaron a hablar cuando se sentaron en las afueras de un edificio que daba refrescante sombra.

-¿Que crees que respondan, Summer?

-No lo se. Por ahora sólo quiero y espero que respondan. ¿Y tu?

-Quisiera un mensaje de mis amigos, ¿Sabes? Algo así como diciendo que ya encontraron la cura de todo esto. Que todo podrá ser normal. Que todos tenemos futuro por delante... Quisiera saber de ellos...

-Pues ojalá y diga eso. Sería la mejor noticia que podrían darnos.

-Lo se.

Nos quedamos callados una vez más.

El cielo tenía esas típicas manchas naranjas, el sol ardía en la piel. Los sonidos y gemidos de Cranks aquí eran menos, incluso se sentía un poco de tranquilidad. Era un día lindo en una parte. En la otra, se sentía también un leve toque de tristeza.

-Es mejor que tomemos una siesta.

-¿Para que? Si aún está el sol en miedo del cielo.

-Para no dormir en la noche, genio.

-¿Y porq..?

-No preguntes, sólo ve y toma tu siesta.

Nos fuimos al lugar que elegimos para dormir. Al fin y al cabo había muchísimos solos y con camas algo cómodas.

-¿Me dirás ahora?

-No, será sorpresa... O algo así...

Y así, fui a tomar esa dichosa siesta.

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Reía. El pequeño niño rubio reía una vez más.

Las sonrisas se habían vuelto escasas desde que su mami se había comenzado a sentir mal.

Pero ahí estaba, con sus dos padres, en algún lugar, sentados debajo de un árbol seco.

La mujer rubia tenía a su hijo en brazos. Lo besaba en todo su rostro, mientras que su padre los observaba con una amplia sonrisa en el rostro.

~¿Ya te sientes mejor, mami?

~Si, mucho mejor. Más porque estoy contigo, cariño.

Su madre comenzó a hacerle cosquillas. Las risas aumentaron.

~¡No, basta!

El niño derramaba lágrimas. Lágrimas de felicidad, su mamá había vuelto.

Más de pronto algo oscureció la mirada de la mujer, algo... Andaba mal. Volteó a ver a su pequeño, y ahora ella se había echado a llorar.

~Siempre te voy a amar, ¿Lo sabes? Y si no lo sabes, quiero decírtelo ahora. No importa lo que pase, quiero que SIEMPRE tengas en tu mente que tu mamá te va a querer y te va a cuidar donde sea que estés. Siempre.

La confusión era notoria en los ojos del pequeño rubiesito. Pero igual asintió, se había acostumbrado a las incoherencias de su madre.

~Y yo a ti, mami. Siempre te voy a querer, mucho mucho.

El niño abrazó a su mamá, y ella lo aferró fuertemente en su pecho.

Era su hijo. Era su niño. Era su vida...