Capítulo 2.

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Las cosas por el momento estaban mejorando, aquel castaño lo metieron en tratamiento para su mejora, era eficaz que los pocos especialistas de base supieran ayudar en la situación.
Pepper en ningún momento le dejó solo, seguía ahí. Guiando a la mayoría para la comodidad del castaño.

—Pepper, basta. Tampoco es que tenga un virus por el cual la humanidad corra peligro.

—Lo se, Tony. Pero no quiero que la situación empeore. ¿Cómo te sientes?

—Menos debilucho, más guapo. Si, creo poder volver a mis roles.

Su risa no se hizo esperar al notar el rostro de enfado de la mujer. Al final no todas las cosas habían cambiado.

Poco a poco todo quedó en silencio dándole así la bienvenida al rubio.

—Bien Tony, los dejare un momento a solas.

Sin mencionar nada las últimas dos personas agradecieron enormemente aquel gesto, poco a poco se fue acercando hasta tomar asiento a un costado del castaño.

—Rogers ¿qué te trae por aquí? Si es para una buena copa lamento mencionar que no estoy listo para ello. Pero si lo hacemos disimuladamente bienvenido.

Una suave risa llenó la habitación al igual que leves negaciones por su parte.

—¿Cómo te sientes?

—Aún sigo sin creerme todo esto, siento que es otra alucinación y que mañana ya no despertaré por la falta de oxígeno.

Sus delgadas manos subieron a su propio pecho, con alguna esperanza de sentirse vivo y en casa por fin. La intromisión de otra mano más tibia y grande le hizo girarse a verle.

—Estás en casa, Tony. Estás con nosotros.

Las sonrisas cómplices aparecieron, dándose así a transmitir muchas cosas.
Poco a poco aquella mano le abandonó dejándose depositar sobre el propio regazo.

—Tony. Me gustaría hablar contigo, siento que sino es ahora no podré hacerlo nunca.

—Steve, cuándo estuve en medio de la nada lo cual me sigue siendo sorprendente ya que siempre creí que era un dilema su existir; me di cuenta de que todo lo relacionado a mi pasado ya no importaba, sólo quiero estar aquí y poder disfrutar a todos. Poder disfrutarte a ti. Así que si es lo que imagino está bien, somos un equipo y el equipo sigue junto a pesar de sus bajas.

—No Tony, te debo una disculpa enorme. Muchísimas disculpa y ninguna será válida. Cuando empezó esto, me enteré que estabas en el espacio. Al inicio creí que sería una broma, me era complicado creer todo lo sucedido. Pero, a pesar de ello, tenía miedo de no volverte a ver ¿puedes imaginarlo? No creo poder afrontar una realidad donde no estés.
Aunque sé que la mayoría de mis intentos eran tontos, seguí buscándote, tratando de traerte de nuevo...

Aquella voz poco a poco se fue apagando, dejando al final el inicio de un suave llanto, posó sus manos en su propio rostro cubriéndose.

—Tantas noches soñé en que volverías y al despertar me destrozaba, tantas tardes imaginé tenerte en nuestra mesa conviviendo, era tan amarga la realidad que no me quedaron ganas de nada. Pero ahora, justo ahora puedo sentirme libre por verte aquí, por sentirte y oírte aquí. Es tanta mi emoción que siento que mi pecho explotará.

Una suave caricia en aquella cabellera le obligó a verle, se comenzaba a perder en aquellos preciosos cafés. ¿Desde cuando se habían vuelto así de únicos? No lo sabía, pero quería seguir apreciándolos.

—Si fueras una chica creería que me estás declarando tu amor eterno. Calma, Steve. No volveré a dejarlos.

Se estiró sobre su camilla para pegar con suavidad sus dos manos en las mejillas del más alto. Provocándole asombro junto con una suave sonrisa.

—Me alegra escuchar eso. Realmente lo hace.

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¡Qué tengan bonito día! ❤️

NO ASÍ, NO TÚ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora