Esta niña que en otras épocas sería considerada una bruja, en nuestra era moderna, no es nada más que una piromaníatica.
En su cuarto siempre habían infinidades de velas de muchos colores, algunas incluso aromáticas, encendidas todas al mismo tiempo, para que ella pudiera admirar la belleza de esa flor de fuego que crecía y vivía en la punta de las mechas, y que las iba consumiendo paulatinamente.
Ella amaba quemar pedacitos de hojas con los diminutos fueguecillos, sólo para admirarlos mientras ardían, y luego apagarlos cuando se le quemace la mano, consecuente a esto, sus dedos tenían cicatrices en las puntas y carecían de huellas dactilares.
Su madre, cansada de la asfixiante franmgancia producída por las llamas, desechó todas sus velas, haciendo enfurecer a su hija, y casi obligándola a tomar venganza.
Así fue que, en la noche de ese mismo día, la niña compró más velas, encendiéndolas a la vez que abría la perilla del gas, causando una hermosa explosión, explosión que hizo arder en llamas a su madre y hermana, dejándole un gustoso sabor de boca al oír los gritos y ver la piel siendo consumida por su amado fuego de sus familiares.
Y, antes de que el fuego se apagase, ella saltó dentro de la casa, llorando.
Llorando de la risa.
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📖Pequeñas Historias📖 [TERMINADA]
Short StoryMuchas historias se gestan en mi cabeza, y aquí es donde vengo a compartirlas. Desde tristes amores a emocionantes aventuras románticas, todos aquellos relatos que no son lo suficientemente largos como para escribir una novela, pero no son lo sufici...