Vigésimo Tercero: Enamoramiento Tardío

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En toda su vida, nunca había experimentado algo parecido. Sentía como si algo le vibrace bajo el pecho, allí, en donde antes no había nada, pero que no estaba vacío.

No, no era un robot enamorado, pero se le parecía, en su pecho no tenía engranajes y circuitos que funcionaban gracias la electricidad, tenía organos, nada más, ni siquiera un mínimo sentimiento.

Pero finalmente, tenía uno, su músculo cardíaco que únicamente bombeaba sangre, ahora palpitaba verdaderamente gracias a ese sentimiento.

Pero no, no era una chica fría que se había enamorado, era una chica que se había enamorado, y que había perdido.

Desde primera instancia, comprendía que enamorarse de ese chico era prácticamente un suicidio, se estaba adentrando en la boca del lobo, de ese lobo sanguinario, cruel y desalmado, llamado amor.

Sabía que, luego de ese salto al vacío, tendría que tratar de mantenerse viva con todas sus fuerzas, mas no le importó, pues creyó que, al saltar, fuertes brazos le atraparían.

Qué equivocada estaba.

Se enamoró como tonta humana que era, sin poder contenerse, se enamoró, del chico que estaba enfermo. Este chico, siempre andaba solo, nadie se quería hacer amigo de él, no por ser discriminadores, sino, porque sabían que deberían de despedirse de él, cumplidos los tres meses, ya que eso era todo lo que le quedaba de vida.

Ella se decidió arriesgar creyendo que habría solución.

Pero no la había.

La mala noticia no llegó de anticipado, dejándole despedirse de su amor, no, la vida no le dejaría el camino tan fácil. La madre del chico la llamó, estaba preocupada, su hijo había decaído, y ya iban por los dos meses y medio.

Sin importarle nada, la joven salió corriendo hacia el hospital con lágrimas en los ojos y sangre y tierra en las rodillas por haberse caído varias veces en el trayecto. Llegó a las puertas del lugar que albergaba a su chico, a su amado y en peligro chico, quien le amaba, mucho más de lo que ella le amaba.

Llegó tarde, el cruel animal del amor, conspiró con el destino para impedirle ser felíz.

El destino le arrebató la vida al chico sin dejar que su novia se despudiera apropiadamente de él, quien sí se despidió de ella en una carta, pues bien sabía que no tenía más fuerzas para pasar siquiera la noche.

El sentimiento que creció en el pecho de la chica, fue de arrepemtimientomiento, arrepentimiento porque, aunque ella decía que estaba emamorada, en verdad sólo le gustaba, no llegaba a ser amor, cosa que ahora sí era del todo y de la manera más pura y sincera que podí existir, pero tristemente se había atrasado y, mala pasada por parte del amor, no enamoró del todo a la chica en la vida del chico, sino que lo hizo en su muerte.

Por lo tanto cuando oye a alguien decir que su amor es imposible, la chica ríe, ya que un amor imposible es el de ella, pues su enamorado, está muerto, mientras que ella sigue viva.

📖Pequeñas Historias📖 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora