James Conrad

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Debemos ir al sur - señalé con el dedo hacía las montañas rocosas pasando el lago - Creo que es mejor alejarnos de aquí -

-Ese no es el sur es el norte y de ahí venimos, ir hacia allá nos hará morir. Es hacia allá - señaló su izquierda, el me contradecía, y se veía molesto por lo que dije -

-No te molestes bonita, pero este sujeto es el que sabe, así que lo vamos a seguir a el - James comenzó a caminar y lo soldados a seguirlo riéndose de mi -

Cuando corríamos de los enormes terodactilos o lo que sea que fueran esas cosas. James y yo estábamos escondidos detrás de un cráneo enorme.

-Demonios no tenemos nada más que este cráneo y no creo que nos sirva de mucho - James se estiró sin miedo por la catana que le dio el anciano - ¡Estás loco James! - le grité asustada cuando salió de un salto a matar de un golpe a las aves, respiré profundo y tomé un arma para ayudarlo -

-A las alas, eso las hace caer y es más fácil atacarla en el suelo - hice lo que me dijo y funcionaba - ¡Corre maldita sea! - no podía alcanzarlo, el simplemente era más rápido -

-¡Al suelo! - me aventé sobre él para hacerlo caer al suelo, estaba tan cerca de mi que nuestras respiraciones chocaban, nuestros ojos chocaron un instante - Juro que si no estuviésemos corriendo de animales colosales, ya estaría jugando contra tu entre pierna - le dediqué una mirada lasciva, lo que el hizo quitarme de encima suyo con fuerza y hacerme rodar dado que iba a caer una de esas aves -

Estar en riesgo si que nos hacía sentir deseos del uno por el otro, y esa sensación era cada vez imparable, desde huir de las bombas para rescatar a Kong hasta el viaje en bote huyendo de la isla.
Hasta después de ser interrogados y puestos en aviso de una misión peor a la anterior, cada quien tuvo que seguir en el edificio, cada quien en habitaciones diferentes. Y quería cumplirle. Toqué a su habitación, el abrió y me jaló dentro sin esperar ni un solo instante.

-Tardaste demasiado - lo empujé hasta  casi caer sobre la cama, y comencé a desabotonar su pantalón - Juro que me cansas la paciencia algunas veces - bajé sus pantalones junto con su ropa interior y lo hice caer sentado en la cama -

-Deja de hablas James, no me dejas comenzar - tomé su miembro en mis manos para comenzar a hacer un movimiento de arriba abajo, cosa que lo hizo gemir, ice eso un par de veces más hasta que no perdí tiempo y lo atrapé en mi boca -

-T/n- gimió con fuerza mientras sostenía mi cabello, continúe con ese movimiento por unos minutos más hasta que me jaló del cabello y me hizo dejar mis movimientos - Ya basta, es mi turno - me tumbó a la cama de un ágil movimiento, me quito el pantalón junto con las pantis y separó mis piernas -

-Hablas demasiado - uno de sus largos dedos fue a mi feminidad haciendo círculos, luego descendió hasta mi entrada, dos de sus dedos largos entraron sin titubear, de inmediato gemí fuertemente - Nos van a escuchar -

-Los ayudamos a regresar e la isla, deben de soportar esto - sus dedos entraban y salían volviéndome loca, era un vaivén magnífico, hasta que metió un dedo más eso era demasiado sentí un hormigueo en mi vientre, de la nada sacó sus dedos y se acomodó en medio mio - Pero no abuses de ese privilegio linda - alineó su miembro en mi entrada y sin ir despacio entró de una estocada, con fuerza era delicioso -

-¡James! - gemí su nombre en su oído - Más rápido - me sostuve de su cuello mientras apretaba mis muslos con fuerza, me embestía con rapidez y la cama hacia un ruido con cada movimiento -

-Es mi turno - salió de mi y de un movimiento ágil me puso sobre mis rodillas y mis manos, entró de nuevo con brusquedad mordí la almohada y sujeté con fuerza las sábanas, estaba llegando a un maravilloso orgasmo, para después de unas embestidas más llegar él, había dejado marcas en mis glúteos dado que me había dado nalgadas un par de veces -

Tom Hiddleston Is The Type Of Boyfriend 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora