Eve y Luke se encontraban tonteando en la cocina, ensuciando todo en su intento de preparar el almuerzo tardío para nuestra pequeña reunión. Todos mis amigos más cercanos vendrían, así como los miembros de la banda de Luke... Todos estarían aquí menos Max.
La doctora Martínez está empeñada en que lo llame, que hable con él, porque por alguna loca razón cree que una conversación me ayudaría a descubrir por qué me cuesta elegir qué hacer. Esa es como mi primera "tarea", descubrir ese factor desencadenante que me jode tanto el presente. Uno creería que no es tan complicado saberlo, pero al parecer es una especie de cosa super compleja e importante que he "decidido" ignorar por el bien de mi salud mental... Suena como mierda para mí, honestamente. Pero bueno, creo que eso forma parte en la descripción de "traumas", no estoy segura, debería de googlearlo.
Escuché a Eve reír por algo que Luke dijo y volví a fijar mi atención en ellos. Después de estos pocos meses que pasamos juntos me encontré prestando mucha atención a su comportamiento, a sus interacciones. Con miedo, supongo. Ellos no habían terminado bien, naturalmente, probablemente seguirían juntos ahora si yo no hubiera intervenido, ahora que se habían arreglado, que estaban volviendo a la vieja camaradería de nuestra juventud, podrían recordar lo bien que estaban juntos, lo felices que eran... Y podrían volver. Sentí que mi corazón empezaba a pesar como cien rocas juntas, una sobre la otra, luchando por caer en la boca de mi estómago, con fuerza. Un escalofrío recorrió mi nuca a la vez que los veía sonreírse el uno al otro, tan cerca como si fueran uno, rozándose entre sí "fortuitamente". Los conocidos e indeseados celos, enojo y envidia asomaron la cabeza por sobre mis hombros, tratando de llegar a mi cabeza e implantarse allí para volver a hacer su cuna, su lecho. Mi corazón se aceleró con terror y contuve la respiración, luchando por hacer desaparecer esos sentimientos... Si tan solo fuera un alma pura, el alma pura que él había creído amar, esto no me estaría pasando, no nos estaría pasando.
No entres en pánico, no entres en pánico, no entres en pánico...
- ¿Alexa? - La voz de Eve me sacó de mi pequeño cántico, pestañeé hacia ella. - ¿Estás bien? Te ves un poco pálida ¿Tienes ganas de vomitar? ¿Es la salsa?
- Estoy bien.
- ¿Segura? Puedo cargarte a tu cuarto, si quieres. - Luke se acercó hacia mi lugar en el sofá mientras sacudía la harina de sus manos en su delantal de cocina. Tomó mi mano en la suya mucho más grande y fuerte, la marca negra de sus tatuajes resaltando como un faro en su suave y pálida piel, se agachó frente a mí, y lo único que pude hacer fue mirar a esos maravillosos y preciosos ojos azules, profundos, llenos de sentimientos que me eran imposibles de entender. Miré sus espesas y oscuras pestañas, rozando delicadamente sus mejillas al parpadear, el arco grueso y curvado de sus pobladas cejas negras, su nariz elegante y alargada, esos llenos y rosados labios que solían distraerme tanto, no había nada que pudiera hacer ni manera de pelear contra él siempre que usaba sus labios como arma... Podía pasarme todo el día besándolo, estudiando su boca y las diferentes sensaciones que sacudían mi cuerpo con un simple roce de estos. Miré su mandíbula cuadrada, llena de líneas fuertes y perfectas, miré y miré, miré tanto que su forma se quedó grabada a fuego en mis pupilas, en mi retina, en mi cerebro, en mi sangre... En mi piel. Y pensé en lo que sería volver a perderlo, volver a perder esa sonrisa fácil que conocía bien, la calidez que tanto necesitaba y solo su cuerpo me podría dar, perder el brillo en sus ojos cuando sabe que juego con él, o las dulces palabras murmuradas que se le escapan con la velocidad de la luz, porque son lo que siente, y que sé que quiere poder retirar. - ¿Blacky? - Sentí que iba a llorar por la preocupación en su voz, por el irracional e iracundo miedo que me había golpeado y aplastado como una locomotora.
- Lo siento... Estoy un poco cansada, iré a recostarme un rato. - Susurré, alejándome de sus manos, de su calor, y caminé directo hacia las escaleras que llevaban a las habitaciones de arriba, cuando de repente me sentí siendo levantada en el aire hacia un firme pecho.
- Te dije que te cargaría hasta tu cuarto. - Me encontré con su sonrisa, sonrisa que no era saludable para mi actual estado anímico, y apreté mis brazos alrededor de su cuello.
- Okey.
- Okey.
Al no verme capaz de seguir mirándolo, lo abracé, cerrando los ojos para inundarme de las sensaciones, de los recuerdos que me traía su cuerpo. Al abrir mis ojos vi a Eve mirándonos fijamente, una mancha de harina corriendo a lo largo de su mejilla y otra en la punta de su nariz, donde Luke había estado tonteando. Me lanzó una sonrisa suave y me guiñó un ojo, la despedí con mi mano mientras Luke subía las escaleras con cuidado. Abrió la puerta de mi habitación con un poco de dificultad, y me depositó con suavidad en mi cama sin hacer, desató mis zapatillas y las arrojó fuera, me acosté y él me cubrió con las mantas. Me acurruqué, respirando el suave olor de su colonia picante, con una pizca que era solamente de él.
- ¿Cómoda? - Preguntó acariciando mi rostro con suavidad, su voz un bajo susurro en la oscura habitación.
- Lo estoy, gracias.
- No hay de qué... ¿En serio te encuentras bien? - Sonreí.
- De verdad, Luke, no te preocupes.
- Es solo que... Parecías estar bien, sonriendo y bromeando con nosotros y de repente solo... Te pones cenicienta, con los ojos perdidos y oscuros. - Mordió su labio inferior con fuerza, sin dejar de acariciarme con suavidad, mientras me derretía bajo su tacto. Sus ojos se oscurecieron. - ¿Pensabas en Max?
- No.
- Está bien... Si lo estabas haciendo.
- No lo hacía.
- De acuerdo ¿Entonces en qué pensabas?
- Solo... Me di cuenta de algo, eso es todo. - Estiré mi mano debajo de la manta y estreché la suya sobre mi mejilla, tratando de absorber todo el calor de él que pudiera.
- ¿Algo malo?
- Podría serlo, pero no te preocupes por ello.
- Me preocupa, Blacky. Me preocupo por ti. - Y yo no sé por qué, pero soy lo suficientemente egoísta para disfrutarlo... Y para mantenerlo así tanto tiempo como pueda estirarlo. - ¿Qué te preocupa?
- Eso es para que yo lo sepa... Y tu lo averigües. - Sonreí socarrona. Él se rió y asintió con la cabeza en resignación.
- De acuerdo. - Se levantó, alejando su mano de mi mejilla, dejando que el calor que me había empeñado tanto en acumular empezara a enfriarse en su ausencia. - Te despertaré cuando todos lleguen.
- Gracias, Luke. - Él asintió y salió de la habitación, cerrando la puerta silenciosamente. Dejé escapar un profundo suspiro, dejándome sumergir en la clara, certera, y abrumadora revelación de que...
Nunca había dejado de amar a ese hombre, aun después de todo lo que me hizo, de todo lo que le hice... Lo amaba tanto como el primer día, sino más.
Por lo tanto, una duda despejada. Yupi.
Estoy tan jodida...
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Maldita Venganza. (¡Malditas Traiciones! 2)
RomanceSINOPSIS: Ya habían pasado dos meses desde que había dejado ir a la mujer que más amaba; dos meses en los que se había centrado de lleno en su carrera, no tenía tiempo para nada más. No amor. No placer. Nada de salidas. Él le era fiel a la mujer de...