SEXO INCONTROLABLE (TERMINADA)

Capítulo 34.

Sus labios rozan mi cuello y sus manos acarician mis pechos en círculos. Gimo sin poder evitarlo y me dejo llevar.

—Hazme el amor —ordeno con la respiración entrecortada.

—Como guste mi lady —me contesta Hunter en un susurro al oído.

Su mano baja poco a poco desde mi vientre hasta mis muslos, donde ahí, mete sus dedos masajeando mi sexo femenino. Después hace que su lengua se una al juego.

Gimo y me aferro a su cabello, mientras él agachado y en cuclillas, provoca en mi un placentero escalofrío.

—Hunter... —musito su nombre inconscientemente.

—Sabrina —responde él en trance —. ¿Te gusta? —me pregunta jocoso.

—Sí.

—¿Quieres más mi lady?

—Sí, dame más.

Él se levanta y entonces, se pone un condón y me embiste con golpes rápidos y precisos. Se agarra a mis caderas y sin tregua arremete contra mi, hasta que los dos nos corremos y llegamos al orgasmo.

Después me besa y apoya su cabeza en mi pecho, hasta que recuperamos la respiración normal.

—Te quiero —me dice dándome un suave beso.

—Yo también te quiero —susurro conmocionada y besándolo apasionadamente —. Será mejor que salgas tú primero y después yo, si nos ven salir juntos...

—Lo sé —me dice cogiendo mi rostro para obligarme a mirarlo una vez más.

Sonrío sonrojada y él me guiña un ojo. Después saca dos toallas, una para mí y otra para él.

Se viste y se marcha del baño, dejándome sola y satisfecha con nuestro efímero encuentro.

                                 🔥🔥🔥

Cuando vuelvo Diana está con el bebé en brazos, me acerco a ella y lo cogo. Dimitri está en la terraza hablando por teléfono, su rostro fruncido y enfadado hace que me preocupe por él, algo no anda bien.

Dejo a Logan en su carrito y esperamos a Dimitri y al esposo de Diana, que no tarda en entrar por la puerta.

—¡Pero bueno! ¿Quién es esta preciosidad? —nos pregunta haciendo carantoñas al bebé.

—Es el sobrino de Abby, se llama igual que tú —le informa Diana sonriente.

—¿En serio? Entonces nos llevaremos bien —le dice orgulloso.

La charla en la comida es fluida, a excepción de Dimitri que está distante. Intento llamar su atención, pero no hay forma. De repente, un olor intenso y desagradable se palpita en el ambiente.

—¡Oh, cielos! —comenta Diana entre risas.

—¡Es difícil que nadie se percate, de que el pequeño necesita un cambio de pañales! —le responde Logan riendo como nunca.

Alterada me levanto de sopetón y con traspiés, cogo al bebé.

—Cámbialo en mi habitación querida, no me importa —me dice Diana sin dejar de mirar a Logan con amor.

—Gracias, eso haré.

Ingreso en la estancia y extiendo una manta sobre la cama, para no manchar las sábanas.

Varios golpes suenan en la puerta y Dimitri entra en el cuarto, cerrando la puerta tras de él.

—Amm, hola ¿Todo bien? —me pregunta estudiándonos a los dos con suma atención.

—Sí, ¿Y tú? No te veo de muy buen humor —añado frunciendo el entrecejo y mirándolo de reojo.

—Es la policía —me dice preocupado.

—¿Cómo? —pregunto estupefacta.

—Han averiguado que fue alguien del colegio, quien provocó el accidente. En las cámaras se ve a una persona, pero todavía no logran identificar al culpable, y quieren interrogar a todos los que estuvisteis allí —me adveirte pasando una mano por su cabello sudoroso.

—¿Alguien del instituto? No creerás que...

Él asiente con dificultad y fija sus ojos grises en mi.

—Ha llegado demasiado lejos.

—Tenemos que reunir pruebas contra ella Dimitri, ya —concluyo con resolución.

—Después de cenar ven a mi piso.

Asiento tragando saliva con dificultad. Por último, termino de limpiar al bebé.

Dimitri me besa con intensidad y sale de la habitación.

Me percato de que mi corazón se me va a salir del pecho como sigamos con estos sustos; corremos todos un grave peligro con esa víbora suelta. Hay que mantener los ojos bien abiertos.