SEXO INCONTROLABLE (TERMINADA)

Capítulo 36.

En el aula de teatro todos hablan alterados y nerviosos hasta que aparece Diana discutiendo con Dimitri y Hunter. Los profesores están en sus asientos sobre el escenario y nosotros en nuestro respectivo sitio.

—Mmm...

Diana aclara su garganta con un sonido gutural ronco, pero después coge aire y respira hondo. Dos policías aparecen en la estancia con sus uniformes y se vuelven hacia nosotros impasibles.

Diana coge el micrófono con manos temblorosas, pero hace un sobre esfuerzo para que no se note.

—Para decepción y desgracia de todos... Al parecer, alguien del instituto decidió poner en peligro la vida de unos estudiantes y parte del profesorado, cuando fueron a la excursión de biología con la profesora Tiffany y el señor Flinnt; no solo ellos, sino también los allí presentes como el capitán del barco y sus tripulantes. La policía, llevó a cabo la investigación, pero no se esperaban que fuera alguien de este colegio... el causante del accidente —se detiene para coger aire por segunda vez —. Es mi deber... comunicaros que seréis interrogados hasta que den con el culpable. La policía estará con nosotros todo el tiempo que haga falta. Sinceramente, me duele que esto pase en mi instituto, no obstante, que esto sea una escuela con prestigios, no quiere decir que se libre de malas personas y retorcidas.

—Esto va a ser un duro golpe para cada uno de nosotros, así que, espero que no se vuelva a repetir y me aseguraré de ello, porque se tomará medidas sobre el asunto. Podéis iros —.

Cuando termina por zanjar la reunión, lo hace mal humorada. Casi tira el micrófono cuando se lo pasa a Tiffany para que lo guarde.

Nerviosa, quiero salir corriendo tras Hunter y Dimitri, pero me mantengo junto con mis amigos. Si hago eso sospecharían de mi y yo no he hecho eso.

—¡¿Es una broma?! ¡Espero que cojan al culpable pronto! —protesta Aaron casi gritando de lo enfadado que está.

—Yo tengo miedo, eso significa que aún no han cogido al responsable de los hechos... Ahora mismo podría estar al lado nuestra y sin enterarnos —musita Zoey con la respiración entrecortada.

—No dejaré que os pase nada a nadie —le dice Aaron cogiendo su rostro con las dos manos —. Ey, tranquila Zoey.

—Le está dando un ataque de ansiedad —aviso acercándome a ella para examinarla.

—¡Oh, Dios mío! —me contesta Sam aferrándose a Mei y a Kat —que están asustadas —.

—Zoey, mírame a los ojos. Céntrate en el color de mis pupilas y respira hondo —ordeno con resolución.

Ella asiente y después de un minuto aungustioso, comienza a respirar con normalidad.

—¿Mejor? —pregunto tragando saliva más calmada.

—Sí, gracias Sabrina...

—Hola muchachos, ¿Hay algún problema? —pregunta uno de los dos policías.

Es un hombre de cabello castaño y ojos marrones, con rostro neutro. Y su compañera de trabajo, una mujer de piel morena y melena oscura.

—Agente Thiago y ella la detective Rose —se presenta con un leve movimiento de cabeza.

—¿Quién quiere ser interrogado primero? —nos pregunta Rose con brusquedad.

Dispuesta a defender a mis amigos, me interpongo entre ellos y el resto del grupo. Lo desafío con la mirada y sin temor alguno, él ríe indiferente.

—Bien... ¡Qué valiente! Vayamos a un lugar más alejado de presencias indeseadas —me comenta con sarcasmo.

—¿Qué-qué? Pero...

Will intenta impedir mi marcha, pero lo cogo por los hombros para calmarlo. Él aprieta los puños con ira y asiente costosamente.

—Estaré bien —contesto guiñándole un ojo.

En un aula vacía, ellos se sientan al rededor del escritorio, menos yo, que me quedo de pie inmóvil.

—Bien, ¿Tú eres Sabrina Carter? —me pregunta Thiago frunciendo el entrecejo.

—Sí.

—¿Qué pasó el día del accidente?

Cogo aire y suelto todo lo ocurrido, desde el rescate de Sam, el porqué se quedó paralizada, todo.

—¿Me puedes enseñar la cicatriz? —interviene Rose, que lleva tiempo callada.

Con timidez, me quito una especie de venda personalizada que me hice para ocultar la herida. Una tela de encaje negro.

Rápidamente me pongo la venda sin darles casi tiempo a reaccionar.

—No deberías de ocultarlo. Eso debería recordarte lo valiente que fuiste —me señala Rose con una leve y fugaz sonrisa.

Creo que trata de ser amable, dentro de lo que su trabajo le permite.