Mientras el Rey no Está (Parte 2)

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Taehyung se despertó esa noche en medio de la desconocida oscuridad de su nueva habitación, las luces de seguridad alrededor del edificio brillando pobremente a través de las persianas, iluminando las cajas alineadas en la pared e invadiendo su cama. Le tomo un momento el averiguar que lo había despertado; Música rítmica se escuchaba bajo. Giro su cara para mirar el reloj sobre una de las cajas, dándose cuenta que pasaba de medianoche. Se quejó, dejando su cabeza colgar, antes de levantarse torpemente de la cama y salir cansadamente al pasillo, acercándose a la luz que salía de la otra habitación.

Los ojos medio cerrados contra la luz, Taehyung se recargó en el marco de la puerta y miró a su compañero mientras practicaba. No sabía a que hora Jimin había llegado, pero tuvo el tiempo suficiente para bañarse, su cabello caía en ondas sobre su frente. Sus brazos delgados pero sorprendentemente fuertes estaban desnudos, un pantalón cómodo en sus piernas mientras se movía al ritmo de la música, una paleta de caramelo en su boca.

Finalmente dándose cuenta del escrutinio, Jimin miró a la puerta, cambiando la paleta de caramelo en su boca de lugar para que el palito quedara del otro lado mientras dejaba de bailar un segundo. Bajo su mirada así de rápido, y había algo en ella que hizo que Tae se detuviera, pero medio dormido era algo que no pudo identificar. — ¿Te desperté? – Jimin pregunto, mientras volvía a moverse al ritmo de la musica.

Taehyung bostezó descartando la idea. —¿Qué estas haciendo despierto? Pasa de la media noche – Preguntó, olvidando completamente la manera tan agria en que se despidieron la última vez.

— No podía dormir – Jimin gruñó —Decidí practicar un poco–

—¿Algo con lo que pueda ayudarte? –Taehyung pregunto aún dormido.

Jimin sólo le miró levantando una ceja.

Tae se palmeó la cara —No con el baile solo...¿Una bebida, o algo? Si vas a quedarte toda la noche.–

Jimin dejo de bailar, apagó la música  mientras ponía toda su atención en Taehyung, sus cejas elevándose con sorpresa. Parecía que no tenía una respuesta para eso.

Cuando no obtuvo contestación pero si una mirada muy concentrada y penetrándote, Tae se encogió de hombros, retirándose del marco preparándose para irse.

— Yo, uh, yo no– Jimin tartamudeo — bebo. O como. Aquí dentro. Mientras practico– Confesó torpemente —En caso de que se tire o algo, ¿sabes?–

Tae parpadeo con flojera, sus manos en los bolsillos de su pantalonera. — Está bien–

Jimin miro sus manos, y otro pequeño silencio se plantó en el ambiente; Jimin lo rompió con un murmullo bajo.

Taehyung se detuvo y parpadeo. — Disculpa, estoy medio dormido. Eso sonó como un montón de números.–

—Mi celular – Jimin explicó suavemente —Pero sólo en caso de emergencias. Es pre pagado, y no puedo pagar muchos minutos. Sólo lo tengo para el trabajo.–

—Escríbelo en algo o recuérdame en la mañana, no lo voy a recordar ahora– Taehyung medio bostezó. — Pero gracias. Significa mucho para mi, Jimin.–

Jimin agachó su cabeza un poco más y volvió a encender la música. —Sí, bien, como sea– murmuró regresando a practicar.

Tae le miró por otro segundo, luego se giró y regresó a su habitación. Se metió de nuevo en su cama, removiéndose grácilmente entre las almohadas, y después de pensarlo un rato, sacó su iPod, se puso los audífonos y lo prendió, dejando que ruido blanco tapara los sonidos de la musica.

Que extraño pajarito Taehyung pensó cayendo en un sueño de un pollito bailarin, sus plumas echas de pinchos que le picaban cada vez que intentaba acariciarlo.

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