Rompible

1K 172 55
                                    

 

Desde esa noche de viernes, Taehyung había sido asechado por música, ritmos y letras.

RM lo había invitado a una pequeña batalla, nada especial; unos cuantos chicos debajo de una bocina y un estéreo, pero había agregado vida nueva a Taehyung. Siempre estaba pensando en rimas, jugando con los tonos, pero eso era algo diferente. Ese era el conocimiento de un lenguaje, y el completo dominio de él, el estilo libre era como nada más era. Taehyung pensaba en ello como una chica, una mujer, con la que has estado tanto tiempo que sabes qué le gusta y cómo dárselo, cómo lo quiere, cómo tratarla duro o suave como ella lo demande.

Cuando RM entró al plato, Taehyung perdió el sentido. El ritmo que manejaba era tan bueno, las rimas se entrelazaban unas con otras tan perfectamente y mantenían su tema, algo que Taehyung nunca hubiera esperado hacer. No era tan rápido con sus palabras como lo era con sus puños aunque si era honesto, vivir con alguien como Jimin había afinado sus habilidades.

Esa noche había llegado a casa con un nuevo propósito. Quería entrar de nuevo a eso, no sólo garabatear, o sólo tocar su saxofon y escribir lo que fuera que viniese a su mente. Quería crear, quería ser un Dios con su propio macrocosmos, el crear maravillas con la misma facilidad que RM lo hacia, aunque sin su envidiable velocidad.

Así que no estaba especialmente complacido cuando su madre decidió llamar e interrumpirlo.

—No fui yo.

—Lindo – Dijo su madre burlona — ¿Qué estás haciendo, dulzura?

—Creación en bruto. Tengo que disculparme con todas mis futuras fans. La mejor de las rimas jamás creada fue interrumpida por mi madre. Gracias, mamá.

—Eso es bueno – le restó importancia —Me llamaron hoy.

Tae frunció el entrecejo, enderezándose en su lugar del sillón. —Ya te dije que no hice nada.

— Un muchacho llamado Yoongi.. ¿Yoongi? – dijo su madre, su voz baja y llena de preocupación e incertidumbre – dijo que te conocía por el servicio comunitario.

Tae se tensó —¿Qué dijo?

—No mucho – Dijo que quería estar en contacto contigo, no sé cómo obtuvo este número, pero no le di el tuyo. Le dije que te habías ido a vivir a otro lado, pero que no sabía lo demás.

Taehyung suspiró, y poniendo su cabeza en un mano habló —odio que sepas hacer eso–  murmuró — no deberías...no deberías de lidiar con esta mierda. Lo siento, mamá –
suspiró de nuevo — ¿lo sabe papá?

— No, no aún –  dijo gentil Ye-jin —pensé que sería bueno que te lo dijera primero. ¿Supongo que Yoongi no es un amigo del servicio comunitario?

—No–  Tae tragó —Es complicado, mamá. Sólo no le caigo muy bien. En serio, realmente no le caigo bien. Mierda, joder. Lo siento pensé que lo había dejado por la paz, después de...

No pudo terminar el pensamiento, mucho menos la frase. Tragó audiblemente esta vez.

—¿Necesitamos estar preocupados?– Ye-jin preguntó, sonando demasiado como si ya lo estuviera.

—No lo sé– Admitió el muchacho —Él no es como yo, como solía ser yo. Apenas y lo conozco, te seré honesto. Sólo Tengan cuidado, ¿de acuerdo?

—Estoy más preocupada por ti– Presionó la mujer —Quizás deberías de regresar a casa por un tiempo, donde podamos cuidarte.

—No estoy seguro de que a papá le agrade mucho la idea de invitar a los problemas de nuevo en su casa– Dijo Tae ácidamente —Estaré bien, mamá.

Cupid's ChokeholdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora