Mentiría si dijera que no estaba nerviosa.
Era obvio que estaba nerviosa, el primer día de escuela siempre es agobiante. Más si es en la U.A, la distinguida academia de héroes.
Ataque de ansiedad, eso es lo que venía venir.
No quería levantarme de la cama, quería seguir durmiendo y no preocuparme por mi futuro.
Pero por desgracia, debía hacerlo.
Me di golpes en la cara intentando despejarme, debo ser fuerte y no llorar por mucha ansiedad que llegue a tener.
Ya tenía el uniforme puesto y me estaba mirando al espejo con la corbata en la mano. Para ser honesta, el uniforme era bonito y no me quedaba mal.
Sencillo pero lindo.
—¿Te ayudo con algo? —mi tía se asomó por la puerta.
—No quiero ponerme la corbata, parezco idiota —refunfuñé.
—Pues no te la pongas —se encogió de hombros. La miré sorprendida—. No es obligatorio.
Oh, que alivio. No quería tener algo en el cuello con lo que era posible estrangularme.
La dejé en el armario para luego coger los calcetines negros. Aunque hiciese algo de calor, nunca llevaba el uniforme sin calcetines. Me hacía sentir algo incomoda.
Los estiré—ya que me llegaban por debajo de la rodilla— y fui a buscar los zapatos.
Me coloqué los zapatos y me pasé el cepillo por el cabello una vez más. Creo que ya le vendría bien un corte.
Yo nunca desayunaba nada cuando iba a la escuela, simplemente no me entraba nada esas mañanas.
Comprobé que todo estuviera en su sitio y esperé unos minutos para poder salir de casa. Me saqué la chaqueta gris ya que me estaba muriendo de calor, supongo que iría sin ella.
—Hasta luego —me despedí.
—¡Que te vaya bien!
Ja, lo dudo.
Kirishima me esperaba fuera, era una costumbre para nosotros que él me fuera a buscar cada mañana.
—Buenos días —saludó sonriente y lleno de energía.
Cuando le dieron la noticia de que había entrado a la academia de héroes, lo celebramos toda la noche. Creo que nos pasamos un poco con la música.
—Buenos días —murmuré.
No tenía ni ánimos para hablar.
—¿Preparada para el día de hoy? —cuestionó emocionado.
—No.
No tenía nada más que decir.
—Vamos, no seas así —me movió de un lado a otro.
—Sabes que esto no me gusta... —dije—. Los primeros días no quiero ni vivir.
—¿Qué tienes ahí? —tocó mi mejilla.
—Ah —acaricié mi pómulo—. No es nada, golpes para despertarme, ya sabes.
—No hace falta que te lastimes para despertarte, no es nada varonil —me dejó en claro con el ceño fruncido.
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Eᴍᴘᴛʏ |𝐁𝐍𝐇𝐀|
Fiksi PenggemarNo tengo ninguna cualidad, soy desconfiada, no se lo que es la preocupación, soy una persona apática y deberías saber que no tengo ni una pizca de empatía. No siento nada. Para ser más precisos, estoy vacía. Como si no sintiera nada. ¿Por qué quier...