Se despierta con alguien que le acaricia suavemente el hombro. No debe causar alarma, porque la persona que lo toca es lo más suave posible, pero la mente de Renato está demasiada nublada para distinguir un toque amistoso de uno violento, y se pone de pie, agarrando la muñeca de la persona y girándola.
Gabriel hace un sonido sorprendido y Renato lo libera, parpadeando lentamente. —Lo siento— dice él automáticamente.
Gabriel da un paso atrás y frunce el ceño. —Recordaré no despertarte— dice y sonríe levemente—. Es casi mediodía.
Renato se sienta y se pasa una mano por el pelo. —¿De verdad?—pregunta. Se habían acostado bastante temprano. Renato no está acostumbrado a dejarse dormir tan tarde. Tres o cuatro horas de sueño por noche es lo que suele obtener en una buena noche.
Gabriel asiente. —Tengo las duchas reservadas para nosotros durante los próximos veinte minutos, por lo que es posible que desees apurarte. Julián las tiene reservadas después, y nos echará si hemos o no terminado.
Renato se pasa una mano por el pelo y luego se levanta de la cama. Recoge su almohada y mantas y mueve sus cosas de vuelta a su propia celda, por alguna razón, no queriendo que nadie más sepa dónde durmió anoche. No quiere que Thomy venga y cuestione el por qué se había mudado en medio de la noche.
—Necesitás más ropa—dice Gabriel mientras hace su propia cama. La forma en que el sonido viaja en el bloque de celdas es raro. Hace eco.
Renato se mira a si mismo y luego frunce el ceño.
—No podés dormir en jeans todas las noches, y no podés usar el mismo atuendo durante un mes. Más tarde te mostraré la lavandería. Pero antes de eso nos detendremos en el otro bloque y veremos qué podemos encontrarte.
Renato traga densamente. —Bueno.
Gabriel ya tiene dos toallas y jabón para ellos, lo que significa que ha estado despierto por un tiempo más que Renato. ¿Cómo logró levantarse de la cama y salir de la celda sin despertarlo? El castaño no tiene idea. Por lo general, se despierta con el menor de los sonidos.
No es hasta que están caminando, con Renato esposado, que el castaño se da cuenta de que se van a bañar juntos. Lo que, no es que sea raro ¿no? Se ha bañado con otros chicos. Los chicos solían ducharse en los vestuarios del colegio todo el tiempo. Y en cada película de prisiones que ha visto, siempre hay más de una persona duchándose a la vez. Pero el pensamiento aún hace a Renato más que un poco incómodo.
—Buenos días—dice Miguelina cuando pasan junto a ella en el pasillo.
—Buenas tardes—señala Gabriel.
Migue pone los ojos en blanco. —Nunca solía levantarme hasta tarde antes de todo esto.
Renato le sonríe. —Podía dormir todo el día si no tuviera una razón para levantarme.
Migue despeina su cabello. —Se bueno—le dice ella—y vos, llevalo a verme más tarde, Gabriel. Tengo algunas cosas que necesito preguntarle.
Gabriel asiente y siguen caminando, mientras que Migue va en la dirección opuesta. —¿Qué tipo de cosas?— Renato pregunta con cautela.
Gabriel se encoge de hombros. —No lo sé.
Renato debe parecer un poco alarmado porque Gabriel se ríe entre dientes y dice: —Ella probablemente solo va a averiguar qué podemos hacer con vos. Cómo ponerte a laburar.
—Oh— dice Renato suavemente.
Cuando llegan a las duchas, Gabriel los encierra y luego le quita las esposas a Renato.

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Mal Momento
Ação-ADAPTACIÓN- Renato prefiere estar solo. Es más fácil sobrevivir cuando no tiene que preocuparse por nadie más. Gabriel encabeza a un gran grupo de personas que han residido en una prisión abandonada. Cuando Renato se despierta en una celda, todo en...