CAPITULO 13

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- ¿algo más que hallas olvidado decirme? – dije entre dientes, Esther negó.

- Lo siento mucho, lo olvide.

- No te preocupes, creo entender todo – iba caminando a la salida del otro extremo, Esther me alcanzo.

- También dejaste las llaves de tu coche en la sala – dijo –

Estire la mano para que ella me las diera, negó.

- Lo siento soy torpe, las he dejado en la mesa, vamos te acompaño.

Negué disimuladamente por el camino y pensaba si desde la aparición de este extraño mis probabilidades de reencontrar el amor de Sasha se hacían cada vez más difícil, antes de entrar Esther tomo mi mano.

- Sabes que cuentas conmigo.

Afirme en silencio, ella abrió la puerta dejando una conversación animada sus piernas estaban entrelazadas risas iban y venia, me acerque a la mesa donde vi las llaves y con el mismo ánimo que entre intente salir.

- Alex, espera. – su voz hizo que mis pasos se cortaran no mire a ella solo baje la mirada al suelo, Sasha estaba frente a mí.

- Quiero presentarte a Steven – dijo extendiendo su mano a él, quien prontamente la tomo con esa expresión de felicidad.

- Soy Alexander. – dije corto y envenenado de una ira ciega, nuevamente gire para irme.

- Espera. – tomo mi brazo y sacudió suspire nuevamente mirando fijamente el piso.

- Quédate a cenar

- No, tengo cosas que hacer – me zafe de su brazo de una forma que jamás me había atrevido a hacer con él, apreté mis llaves en mi otra mano y marche firme a mi coche una vez subí sonó aquella canción que ella solía tararear ya que no sabía su letra de forma clara, le subí el volumen y con ella me marche para escapar de la realidad.

Había pasado una semana no había recibido ni una llamada, ni un mensaje de texto ni nada que hacer referencia a que yo existía en la vida de Sasha Luna y eso me debilitaba, había intentado salir de fiesta, había intentado conocer nuevas personas, había viajado fugazmente pero nada hacía que su recuerdo se marchara

Sábado en la noche sentado en el balcón fumando el ultimo cigarrillo de la caja, mirando las estrellas recordando aquellos deseos que ya no volverán, el timbre de la puerta hizo eco perdido lo ignore.

- Alex, sé que estas hay ábreme.

Era su voz ahogada pero real, era ella, salte de la silla dejándola caer al paso corrí y abrí, ella estaba apoyada sobre su brazo y la mirada baja.

- ¿Qué pasa? – pregunte preocupado.

- Pasa que no se de ti – dijo alzando la mirada, entrando y mirando a los lados como si buscara algo.

- Bueno estabas con tu amigo, pensé que iba a molestar.

Sasha giro hacia a mí y sonrió.

- No molestan Alex, Steven es una persona muy especial para mi vida, e importante.

- Lo imagino – dije tirando la puerta tan fuerte como mi brazo permitió ella se sentó en el sofá de la sala levantando sus pies en la mesa, fui al frente en una vieja silla que conservaba más por melancolía que por utilidad mire fijo al piso , no sabía si podría sostenerle la mirada sin decirle unas cuantas cosas.

- ¿Alex, que ha pasado con aquella persona que me dijiste hace algunos días?

All Of MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora