La verdad

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Tenía tanto dolor como nunca lo sintió, en muchas ocasiones había sido lastimada físicamente que en esos momentos pensó insoportables, pero ahora se daba cuenta de lo equivocada que había estado, nada se comparaba al dolor que en esos momentos sentía, nadie la golpeo pero aun así cada parte de su cuerpo dolía, se sentía tan pesada que pensó que jamás volvería a tener fuerzas para moverse, alguien tendría que ayudarla porque ella se sentía una piedra, una piedra abandonada.

-Natsu se fue... me dejo... me abandono- fue lo que salió de sus labios después de algún tiempo que ella sintió eterno.

-Gray que había permanecido a una distancia considerable, se imagino lo que había ocurrido, después de pensar que decir, se dio cuenta que el no servía para esos momento era un inútil, dejo partir a su amigo y no tuvo tacto con la joven y le soltó la noticia de la peor forma, jamás pensó que aquel se fuera ese mismo día, lo había arruinado... realmente era un inútil, pero era un inútil que sabia la verdad de Natsu y la contaría, se dirigió a la casa preparado para encontrarse con una mujer destrozada cuando entro lo confirmo no por eso sintiéndose mejor, pero en ese momento no tenía tiempo, contaría lo que sabia y dejaría que ella decidiera, aun que ahora que la veía de esa forma tenía ganas de darle una golpiza a Natsu, como fue que se confundió si era obvio el amor de Lucy.

-Así que el idiota ya se fue- hablo al momento que entraba en la casa, pero no obtuvo respuesta- no creí que se fuera el mismo día- aun sin respuesta -rayos en serio que se precipito, no se lo pensó dos veces- Lucy no respondía ni siquiera lo miraba -pues ahora si le creo que le dolía permanecer aquí junto a ti- eso sí llamo la atención de Lucy, girándose rápidamente hacia donde él se encontraba, no pasaron ni cinco minutos desde que ella entro a la casa, pero daba la impresión de había estado llorando por días, se sintió mal, pero como al fin tenia la atención de ella continuo -si Lucy, a Natsu le dolía estar aquí, tanto que se tuvo que marchar, algo tonto e impulsivo, lo conoces mejor que yo, hiso algo típico de él- la joven no parecía que se fuera a parar y como la posición no era muy cómoda para hablar la tomo del brazo obligándola a pararse dejándola en un sillón.

-la verdad yo no pensaba contarte esto, solo pensaba decirte que el tonto ese se marchaba, que tu lo detuvieras se arreglaran las cosas entre ustedes y con suerte por fin confesarían lo que es más que obvio- la joven no entendía y su rostro lo reflejaba -no soy yo el que debería decírtelo, pero como veo las cosas no queda de otra, Lucy... Natsu siente lo mismo que tu-.

En el bosque podía distinguirse dos figuras la que se encontraba guiando era de un joven mientras que la que la segunda manteniendo una considerable distancia con la primera, era la de un felino con alas, su paso era tan veloz que cualquiera que los viera se preguntaría si no lo había imaginado.

-¡Natsu! ¡Para Natsu! ¡Para ya me canse, vas muy rápido! ¡¿Qué paso en la casa de Lucy para que ahora corras como loco?! ¡Natsu que pares, que ya no puedo más!- gritaba las segunda figura con desesperación y no era exagerar que habían mantenido esa velocidad por bastante tiempo al principio Happy se logro sujetar a Natsu en su carrera pero, por un descuido se había soltado teniendo así que seguir por su cuenta, el no compartía la maravillosa condición física de su amigo por lo que la distancia entre ellos cada vez era mayor. Happy temió que al final no pudiera alcanzar a Natsu y se perdieran en el bosque tomando aire que volvió a gritar con toda su fuerza -¡Natsu por favor espérame no me dejes!- y de pronto sin previo aviso su amigo se detuvo provocando que terminara chocando con él.

-lo siento Happy descansemos hemos avanzado bastante- Natsu se compadeció de su compañero, sabía que había corrido como loco sin tener en cuenta a su felino amigo y agradecía que este lo hubiera seguido.

Perdoname NatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora