Perdoname Natsu

vacío

Ahí estaba Lucy sentada en un inmóvil tren, impaciente por que este emprendiera camino al puerto de Hargeon pero el tren al parecer no tenía la misma idea ya que no se movía, llevaba un retraso de diez minutos, tiempo que le parecía eterno a Lucy que por momentos pensaba bajarse y tomar un carruaje pero se detenía a pesar un carruaje era más lento y ella solo se sentía desesperada, entonces pensó en ir a la cabina y ser ella quien pusiera en marcha el tren, pero tampoco podía pensó, no sabía conducir trenes y eso era malo arrancar tal vez no supondría ningún problema pero después no sabía qué hacer podría sacar el tren de las vías y eso sería horrible retrasaría su llegada al puerto, Lucy sabía que estaba comenzando a parecer irracional pero no podía controlarse se encontraba a un viaje en tren de encontrarse con la persona que amaba, esperaría cinco minutos más pensó, si en cinco minutos si para entonces el tren seguía en ese lugar tendría que cruzar palabras con el maquinista; a los tres minutos el tren emprendió el viaje, para fortuna del conductor que se había librado de un problema sin saberlo.

Lucy sonrío ante el movimiento del tren, por fin estaba en camino ahora podía relajarse el viaje no era largo, pero podía dormir un poco y tendría tiempo para cambiarse quería verse linda para él, pronto lo vería y por fin se disculparía y si conservaba el valor que había demostrado esas semanas podría no solo decirle a Natsu que la perdonaba sino también decirle cuanto lo amaba, con su corazón que entraba en una extraña calma Lucy sintió como sus ojos comenzaban a cerrarse.

-Oye Natsu creo que nos debimos quedarnos más tiempo, ni siquiera me diste tiempo de contarle a Charlie como es que conseguimos alimentos, las batallas que libramos en el bosque, ni que dormimos cobijados solamente por el frio aire, bueno tu no lo sientes pero yo sí, oh Charlie ¿Te preocuparas por mi? ¿Por el futuro de este errante camínate?- Happy se había detenido cuando comenzaba a declamar sus pensamientos causando que Natsu también se detuviera.

-Lo siento Happy, se que querías quedarte más tiempo, sé que es difícil pero esta es nuestra nueva vida- la imagen de un hombre con un semblante serio que no demostraba el sentimiento que afirmaban sus palabras, ese hombre era Natsu.

-Lo sé… pero solo unos días, no sé cuando la volveré a ver- Happy se había deprimido últimamente le pasaba seguido, quería a su amigo, compañero y a quien consideraba como un padre, pero extrañaba a Charlie, el gremio y aunque le costaba admitirlo por lo mala que ella había sido también la extrañaba –si tan solo nos quedáramos en algún pueblo, podríamos comenzar una nueva vida Natsu-.

-Happy te dije que sería difícil, si quieres regresar al gremio está bien yo lo entendería no te preocupes por mí, me gusta viajar-.

-No, somos equipo y así debemos estar- aseguro Happy, mientras veia como una mueca que pretendía ser una sonrisa aparecía en el rostro de Natsu, veía con tristeza que cada día que pasaba la sonrisa de su amigo desaparecía eso le preocupaba tan solo había pasado dos semanas, no quería saber cómo sería en un mes -¿Natsu que vamos a hacer a Hargeon?- pregunto Happy como pretexto para cambiar el tema y evitar pensar en lo quien se estaba convirtiendo el mago de fuego.

-Happy ya lo sabes… lo que hacemos en todos los pueblos a los que hemos llegado trabajar, me llegaron rumores de que necesitan que alguien se encargue de un tipo que amenaza a los comerciantes para que le paguen por proteger sus negocios y no destruirlos- Natsu mantenía una total calma e indiferencia por la situación, algo que no le agradaba a Happy que sentía que jamás se acostumbraría a ese nuevo Natsu.

De forma silenciosa continuaron su viaje, algo que incomodaba a Happy el no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sin hablar le resultaba tan difícil, pero sabía que la situación no era fácil, ansiaba poder llegar a la ciudad para hablar de lo que en ella había, las tiendas, las personas, la comida, lo que fuera últimamente hablar con Natsu era difícil, hablar de la ciudad no era un tema prohibido por lo que no recibiría respuestas frías o cortantes, así que cuando vio el mar y a la orilla una ciudad se sintió feliz.