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Taehyung

Recuerdo perfecto el maldito día en que sucedió todo, me sentía cansado y somnoliento, papá había organizado una de sus tediosas fiestas, decidí no salir.

Jin no estaba y lo extrañaba, necesitaba mimos, tenía ganas de llorar, preferí acostarme.

La música llegaba hasta mi habitación, pero tampoco era tan incómodo, la casa era muy grande y eso permitía que el sonido se dispersara.

Después de lavarme los dientes, me envolví entre las mantas y traté de dormir. Desperté tiempo después, sentía mi cuerpo sudado, tenía un dolor punzante en mi abdomen, el cabello estaba pegado a mi frente. Y fue en ese momento que me di cuenta.

Mi celo había llegado, traté de moverme e ir en busca de supresores que guardaba en el botiquín, justo en ese momento sentí que la puerta se abría.

Pensé que papá había venido, podría ayudarme, pero no fue así, era un hombre, uno alto, casi como papá.
Sentí mucho miedo... Su olor, su maldito aroma, era un alfa y estaba excitado, sentí mi cuerpo contraerse, un frío recorrió mi espalda, se acercaba cada vez mas, mientras yo arrinconaba mi cuerpo a una orilla de la cama con mi espalda contra el respaldo.

— ¿Qu-que hace a-aquí?— Tomé con ambas manos mis rodillas presionándolas contra mi pecho— Y me miró, sentí un vacío en mi estómago

– Omega— Él invadió cada vez más mi espacio.— Oh bonito la pasaremos bien.

— No, n-no al-aléjese...— Y lloré, mis lágrimas comenzaron a resbalar, sabía exactamente lo que venía y tenía mucho miedo de que nadie viniera

— ¡Papá! ¡Papá! — Grité, antes de que el alfa se tirara sobre mi, me aparto del rincón y me lanzó a la cama, traté de golpearlo, si que lo intenté, rasguñe sus brazos, golpeé su abdomen y lo único que logre fue que fuera mucho mas violento.

¡Quédate quieto!— Ocupó su voz, el solo hecho de contenerme a obedecer produjo un fuerte dolor en mi zona pectoral.

Aún así no me detuve, seguí luchando pero no con la misma fuerza, ese alfa iba lograr tomarme y dolía tanto, sonreía de una manera asquerosa, relamio sus labios, tomó de ambos extremos superiores la camisa de mi pijama y la rasgo.

Sentía mis ojos arder, mi pecho dolía, mi ritmo cardíaco era tan fuerte que me impedía respirar, lloré, lloré y fue lo único que logré hacer. Junté las fuerzas que me quedaban para pedir ayuda una vez más.

— P-papá— Y sólo salió un susurro ahogado.

Rogué fuerzas a todos los seres divinos.

Él comenzó a besar mi piel y sentía que moría segundo a segundo, mi lobo reaccionó, muy distinto a los demás en estas situaciones, estaba odiando cada toque, cada roce de aquel alfa, eso quemaba dentro de mi, sentía que arañaba por dentro desgarrándome

Y Entonces sentí el ruido de su cinturón, él iba a abusarme y yo no podía correr, no podía escapar.

— Ven aquí. Vas a ser mío cariño, voy disfrutar tenerte. — Era el fin.

Convulsioné, no podía respirar, sentí sus dientes traspasar mi piel, un fuego como el infierno quemar mis venas, consumiéndome, mi lobo bajó sus orejas y decayó, bajó su mirada y comenzó a aullar, estaba herido. Poco a poco lo sentí desligarse de mi lado humano, el dolor comenzó en mi pecho, bajó por mi abdomen, mis piernas cosquillearon y se entumecieron, llegó el dolor a mi garganta, quemaba, ardía, mis ojos se abrieron a mas no poder, un dolor indescriptible atacó mi cerebro y luego de unos segundos que sentí horas, un silencio sepulcral me invadió, tenía mucho miedo, quería morir, solo quería morir y aún mi conciencia sabía que seguía vivo.

Luego mis ojos pesaron y oscuridad, solo ví oscuridad...

El tiempo es insípido cuando tu consciencia está en otro lado, no supe nada desde ese momento, mi mente viajaba de recuerdos a otros.
luego me quede en uno en donde me encontraba en un campo lleno de flores y un manzano, siempre imaginaba un lugar así cuando niño, en donde mamá y yo podíamos jugar, no lograba recordar su rostro, pero si su olor a manzanillas.

Ya no tenía tanto miedo, pero si incertidumbre, estaba solo en un lugar que sabía era mi propia mente, mi omega no estaba y solo una pregunta me invadía  ¿cuando volveré?

Y el tiempo parecía pasar y pasar, nunca supe cuanto trascurrió hasta que un día algo distinto sucedió.

Un aroma completamente encantador y adictivo llegó a mi, no sabía de donde venía, pero me hacía sentir tan bien, meses, quizás años no había tenido un contacto con la realidad y estoy seguro que ese aroma pertenecía a alguien... a mi alfa.

Mi Omega no estaba para confirmármelo, pero estoy casi seguro que es él. Su aroma me trajo tanta tranquilidad y protección, pero a la vez sentí miedo, miedo de no poder volver, no sabía exactamente como lograr despertar.

Estos días he sentido el aroma a naranjas a cada momento, nunca antes había sentido ganas de aferrarme a algo como sentía en estos momentos, quería llegar a él, al alfa portador de tan embriagante aroma. Intente vagamente hablar con mi lobo, él siemplemente se había ido, tal vez había muerto de tristeza y eso era algo que me preucupaba, no podría lograr comunicarme con mi alfa si es así.

Por favor.. vuelve.



Mi Omega Durmiente || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora