☆Lágrimas & Decepción ☆

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[Comienzo de mi fanfic: En la Mente de Giorno Giovanna]

Diavolo nuestro jefe de Passione, por fin había sido vencido con mi Golden Experience Requiem.
La luz del sol por fin llegaba a iluminar nuestros rostros, el silencio de Roma me hizo notar el final de todo esto. Trish y Mista eran los únicos que sobrevivieron, los tres nos mirábamos como si nos preguntáramos que si esto era todo, pero sin duda era todo. Ninguno dijo ni una palabra, apenas me volteé para volver al Coliseo y mi cuerpo me limito a caer de rodillas al suelo. La tortuga seguía al lado mío, pensé que Polnareff había regresado a su cuerpo muerto para elevarse, pero no, seguía en la tortuga. Me miró con preocupación, pero luego suspiró con alivio de ver a su enemigo muerto en vida.

-¡Giorno! ¿Estás bien? - preguntó Trish volviendo hacia mí, Mista me miró de lejos.

-Si, no te preocupes es sólo que fue un día largo y, me esforcé demasiado.

-¡Vamos tenemos que volver por Bucciarati! Antes de que llegue la policía al Coliseo. - refutó Mista

- Chicos Bucciarati...

-¡Tiene mis heridas de bala lo sé, vamos Giorno!

Mista volvió hacia mi con desesperación y me llevó a la fuerza dentro del Coliseo, apenas pasamos los primeros pilares noté como Naranccia quedó totalmente cubierto por un capullo de flores. Me solté para quedarme ahí junto a él pues no quería acercarme a ver esa horrorosa imagen del cuerpo de nuestro capo ensangrentado. Prefería conservar la imagen de su cálida alma surcando los cielos con aquellos querubines. Trish al notar el charco de sangre, lo supo, aquel hombre que la salvó de la muerte a manos de su padre, aquél capo que le brindó una segunda oportunidad jamás iba a despertar. Tal como yo, cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar por segunda vez en todo nuestro viaje. Sabía muy bien que ella tenía sentimientos con Bucciarati pero es la primera vez que deja su corazón al descubierto, tan vulnerable y roto.

-¡Giorno ven aquí! ¡Curalo ahora! ¡ Así Trish deja de llorar!- gritaba Mista

- Chico, ese hombre ya está muerto - dijo Polnareff

- ¡No es cierto! ¡Le apunté a sus extremidades así no moriría, no lo maté! - Mista ya no podía contener sus lágrimas.

- Mista, Bucciarati murió en Venecia. - sentencié. - No va a regresar.

- ¿Qué estás diciendo? Vino hasta acá con nosotros, venció a Secco, nos acompañó hasta vencer al jefe. ¿QUÉ PORQUERÍAS ESTÁS DICIENDO?

Cada palabra salida de la boca de Mista era como una flecha en mi corazón como la vez anterior, sus incógnitas no eran más que una pesada carga en mi pecho, mi respiración se vio afectada de tal manera que sentía que debía salir del Coliseo para tomar aire.

-¡Responde!

- Tranquilo chico- me susurró la tortuga

- ¡Responde Giorno! Estaba su stand con nosotros no podía no ser Bucciarati.

- También debes haberte dado cuenta... Bucciarati murió cuando se enfrentó a Diavolo la primera vez. Había estado su cuerpo muerto hasta ahora. Tal vez fue por este poder o por su determinación que causó ese milagro. Bucciarati luchó sabiendo que no podía salvarse a sí mismo, que era demasiado tarde, que no podía volver.

Mista se movió un instante. Pateando el suelo, puso distancia entre ellos, saltó a una posición oportuna para levantar su arma hacia su nuevo objetivo, mi cabeza. Sentí su sed de sangre pero sabia que era frágil, no iba a poder apretar del gatillo... Sus manos cedieron luego su cuerpo, la culpa no era nuestra, era de Diavolo.

☆En la mente de Giorno Giovanna☆JOJO☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora