Detalles [+18]

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Me apoyé sobre su pierna mientras manejaba, estaba tan cómodo, aparte era divertido ver otros ángulos del cielo por el cristalino parabrisas.

- Me gusta que me acompañes a hacer los trámites a la ciudad. - susurró mío amore regalándome otra sonrisa mientras acariciaba la mejilla. - Mío bello Giorno.

- Me gusta tener tiempo para acompañarte. - lo miré contento mientras mimaba su mano contra la mía. - ¿A dónde vamos ahora?

- Después de pasar por nuestro café privado y hablar con el contador creo que ya estamos libres. - me quitó su mano con delicadeza para doblar el vehículo.

- ¿Entonces podemos pasar a comer un helado? Ya sabes dónde...

- Buena idea, ya es hora de la merienda.

Seguí un rato más en esa cómoda posición, apreciando el momento. Creo que me relajé tanto en el camino que ni que enteré cuando estacionó, me despertaron sus dos manos cariñosas.

-¿Puedo quedarme así cinco minutos más...?

- Claro... - me sonrió apagado.

Mi regreso cumplió un mes... Nosotros todavía no estamos como antes pero al menos pasamos buenos momentos juntos. Lo máximo que permití que pasara en nuestros encuentros es llegar a un fugaz beso francés, no más que eso. A pesar de que le ponemos mucha energía en intentar salir adelante los dos todavía hay detalles del pasado que seguimos arrastrando, como Mista con el tema de mi amante.
Los días siguientes de ese beso en el invernadero estuvimos atando todos los cabos sueltos, nos contamos todo. Me acuerdo que fue una conversación que duró desde la medianoche hasta las cinco de la mañana, todos los encuentros con otras personas (casi estalla de ira cuando se enteró lo que pasó con Lizzy en esa limusina). En conclusión, hablamos de todo, de nuestras fallas, nuestras espectativas a futuro y nuestros sentimientos. No voy a mentir con respecto de que siento que ya no es lo mismo, yo creía ciegamente en el amor eterno pero... La vida es mucho más complicada de lo parece, claramente no es un cuento de hadas y el destino es demasiado caprichoso. Siempre supimos que éramos el amor de nuestras vidas pero, ¿por qué la tentación fue más fuerte?, ¿por qué una vez que llegamos a un punto de balance alguno de los dos quiere más o quiere menos? Ese desbalance es parte de la vida porque pienso que si todo fuera perfecto nuestra relación hubiera sido más monótona de lo normal, más aburrido pero, es tan difícil conseguir el equilibrio en todo.

- Guido, ¿estás durmiendo? - tenía que preguntarle porque estaba relajado en el asiento con los ojos cerrados.

- Estoy relajado. - me brindó una mirada pícara. - ¿Bajamos?

Le asentí tratando de olvidar todos mis pensamientos profundos, bajamos en silencio, la luz del sol estaba desapareciendo poco a poco por el principio de la noche.
Volviendo a mi heladería favorita, cuantos sucesos han pasado... Me daba cierta melancolía pedir mis dos sabores favoritos, compartir este momento con él. Había algo más en este momento, no sé como llamar ese sentimiento pero es pesado, es tan incómodo que nos quita cierta energía. La única vez que este sentimiento o malestar logró desaparecer parcialmente fue cuando Guido me dijo que yo era su sueño pero solo duró con suerte una semana. ¿Este malestar vigente será porque los dos nos hicimos daño mutuamente o porque el daño a nuestra pareja es demasiado profundo para repararlo en su totalidad?

- Llegaste al cucurucho sin decir ni una palabra. - observó mío amore sentado en frente mío. - ¿Qué estás pensando tanto...?

- Que bien me conoces. - reconocí dando un gran mordisco a esa crujiente masa bañada de pistacho con chocolate, reservándome la respuesta que desataría un caos.

- También siento las secuelas de nuestra ruptura todavía... - suspiró dejando su helado a casi terminar. - Lamento que sea un idiota, que haya apreciado tu presencia cuando la perdí, es triste para los dos.

☆En la mente de Giorno Giovanna☆JOJO☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora