헌신 (Jeon sin)

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Raúl y yo nos sentamos en el sofá que está al frente de la mesita de noche, y detrás de ésta, hay otro sofá donde están Los Álvarez.
Fuera de casa, la calle está oscura y sólo la luz de las farolas alumbran el camino. En la casa hay una iluminación moderada y me hace sentir cómoda.
La imagen de lo que hice con Raúl en el comedor no se borra de mi mente: Yo sobre la mesa, Raúl entre mis piernas y su mirada sobre la mía. Su ceño estaba ligeramente fruncido y su boca un poco abierta, de la que salían unos gemidos bastante delirantes.
Lo que más me dio placer es que él estaba disfrutando. Su cara de placer me da placer.
No estoy diciendo que no siento placer al sentirlo porque claro que lo siento, y demasiado. Pero sus gestos de placer me producen un nudo en el estómago y un ardor en el pecho.
Sr. Álvarez: ¿Y tenéis hermanos, Min?
Suspiro y dirijo la mirada hacia él
Yo: Si. Tengo un hermano mayor
Sr. Álvarez: Supongo que él está en Corea
Yo: Si. Tiene que estar ahí
Sr. Álvarez: ¿Por qué?
Yo: Él tiene su propia empresa de biotecnología y no tiene tiempo para salir de viaje, salvo para negocios internacionales. En casa no se le veía mucho. Casi no hablamos
Pongo mi mano sobre la rodilla de Raúl, él pone su mano sobre la mía.
Auron: Quiero aprovechar que están todos aquí para hacer algo.
Aparta mi mano de su rodilla, se levanta y saca algo de su pantalón. Me le quedo mirando por la sorpresa.
Deja una rodilla en el suelo, me deja ver lo que tiene entre las manos: una caja roja, y la abre. Un anillo de compromiso se deja ver. No es exactamente uno pero lo es: es un anillo que tiene la silueta de un gato de espaldas y todo el contorno está relleno de piedrecillas negras multicolor.
Auron: Min, ¿queréis ser mi esposa?
Yo: Ahhhh... yo.... eh... yo.... yo....
Las manos me sudan, mi pecho está caliente, mis pulmones no dejan pasar aire, mi garganta está seca, y el cuerpo me tiembla.
Los recuerdos llegan
Miro a Marta y ella pestañea, luego mira rápidamente a Raúl y vuelve a mi. Cambio la mirada hacia Marc y sólo tiene el ceño fruncido.
Yo: Yo... lo... siento
Me levanto, paso por su lado y salgo de la casa. Respiro velozmente al sentir el aire libre de la calle para tratar de tranquilizarme. Bajo los escalones y voy al auto de Marc.
Me miro en la ventanilla y me peino un poco el cabello.
Inhala.
Exhala
Recargo mi cuerpo en el cofre del auto y hundo la cara en las manos.
Marc: ¿Min?
Levanto la cabeza y veo a Marc frente a mi
Lo abrazo
Yo: Marc. Lo siento tanto. ¿Cómo está él?
Marc: En shock. No lo cree. ¿Qué ha pasado?
Yo: Recordé... cosas... no quiero
Sollozo
Marc: ¿Queréis contarme?
Asiento y se recarga igualmente en el auto
Yo: Hace unos meses, antes de venir acá... Tenía un novio... un prometido. Él me pidió matrimonio y la boda se realizaría en pocas semanas. Todo estaba listo... Yo lo amaba demasiado. Fue mi primer amor y mis padres lo querían. El día de la boda llegó y me veía en el altar, con ese vestido blanco y el ramo. El padre, los invitados, nuestros familiares... 236 personas en el lugar... Casi dos horas en el altar, esperándolo...
Marc: ¿Te dejó plantada?
Yo: Lo hizo. Me sentía mal, una mierda. Pedí disculpas y me fui a casa. Cambié mi ropa y me tendí a llorar en la cama. Él fue y me dio razones de su falta: El trabajo se había alargado y no pudo ni avisar. Me pidió mil disculpas, pospusó la boda y yo como una idiota lo perdoné. Seguí con él. Que estúpida
Marc: Lo hiciste porque lo amabas
Miro a Marc y se me nubla la vista
Yo: Quizás. La segunda boda se realizó. Más invitados: 300... Me hizo lo mismo. Sentí que la gente me veía con lástima. Una hora fue suficiente para saber que no sería su estúpida más tiempo
Marc: ¿Qué hicisteis?
Yo: Fui a su casa. Con el vestido puesto y el maquillaje un poco corrido. Él estaba ahí, pero la acompañaba una compañera mía del colegio. Me vieron la cara por no sé cuanto tiempo... Cancelé todo. Quería morir
Marc: ¿Qué hicisteis?
Yo: Lo maté. A ambos
Marc me mira algo sorprendido y se aleja un poco de mi. No puedo evitar reírme un poco
Yo: Mentira. Lo dejé. Fue difícil sacarlo de mi vida. No quiero que pase lo mismo con Raúl. ¿Has visto cómo me trata? Es posible. No lo soportaría, no de él. Me mato si eso pasa
Marc: No lo harías
Lo miro
Marc: Ok, mejor no digo nada
Nos mantenemos en silencio
Marc: Mejor vamos dentro.
Asiento y camino detrás de él
Cierro la puerta con mucho cuidado y voy a la sala. Raúl está sentado en el suelo con la vista en la nada. Sus ojos se han enrojecido por el llanto que se está tragando.
No soporto verlo así
Me arrodillo frente a él, tomo sus manos en las mías y cuando sus ojos conectan con los míos, sonrío
Yo: Si, si quiero ser tu esposa
Raúl sonríe, me coloca el anillo y nos besamos. Sus padres nos felicitan cuando nos hemos puesto de pie.

 Sus padres nos felicitan cuando nos hemos puesto de pie

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(no encontré alguno con piedrecillas pero es algo así)

Rag Auroner

Amor Inefable | AuronPlayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora