Terruce Grantchester hijo y heredero de uno de los Ducados e imperios de Inglaterra y Candice Ardley hija menor y heredera de la familia Ardley de Escocia, se conocen de toda la vida, asistieron al mismo colegio, y lo que comenzó como una amistad, p...
Candy se ruborizó hasta la raíz del cabello al escuchar aquellas palabras dichas por lo labios de su apuesto novio quien permanecía sobre Teodora durante un partidos de polo.
—Terry es encantador, Candy, y se ve lo mucho que te ama —decía Annie mientras abrazaba a su ruborizada amiga.
—Eso es cierto amiga, mira que dedicarte su anotación delante de todos los aquí presentes, especialmente delante de aquella pequeña víbora que te quita los ojos de encima —decía Patty dirigiendo su miranda a una furiosa Susana quien se encontraba al otro lado del campo de Polo.
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—Ahhh! La odio, la odio, decaería arrancarle esos cabellos uno a uno, es tan insípida —refunfuñaba Susana.
—Cálmate Susie, no hay comparación entre ella y tu, mírate, tu eres mucho mas bella, con mucho mas clase, Candice por mucho dinero que tenga, no te llega ni a los talones, tu serás la novia y la futura esposa perfecta para Terry —le decía Elisa para tranquilizarla, aunque por dentro disfrutaba el ver a Susana fuera de control..
—¿De verdad lo crees Elisa?
—Por supuesto —le respondió la pelirroja con una de sus sonrisas mas falsas.
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Tras finalizar el partido de Polo, Terry junto a Stair y Archie, se dirigieron a los vestidores, tomaron una ducha rápida y se dirigieron hacia la parte interior del club en donde Candy, Annie y Patty aguardaban por ellos.
—Bien! A donde nos llevaran? Preguntó Annie
—He hecho una reservación en el restaurant del Savoy.
—Que te traes entre manos Grantchester? Preguntó Stair fingiendo desconcierto.
—Lo sabrán cuando estemos allá —respondió el castaño sonriendo.
—Bueno, si ese es el caso —comenzó a decir Archie —debemos darnos prisa, ya que no tenemos mucho tiempo, debemos regresar a casa a la hora que acordamos con nuestros padres o nos veremos metidos en grandes líos.
—No seas agua fiestas, hermano, recuerda que cuando los adultos se enclaustran en una reunion de negocios, difícilmente salen a la hora se supone deben hacerlo.
—Eso es cierto —comenzó a decir Candy —cuando Albert tiene una de esas tediosas reuniones, siempre dice que va llegar a una hora determinada y nunca lo hace —sonrió.
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Una vez en el salón, los seis amigos fueron dirigidos a un espacio apartado, Terry al igual que Stair y Archie, acomodaron las sillas de sus respectivas novias.
El mesero encargado de atenderlos, hizo todo conforme Terry lo había pedido con anticipación..
El momento de postre llegó y como ers de esperarse, Candy estaba tan distraída que no puso atención a ninguno de los utensilios ni de los detalles en cada postre.
Patty y Annie abrieron los ojos como platos, mientras que sus novios sonreían ante la expresión de sus chicas.
Candy, por su parte sonreía mientras cerraba sus ojos, tras recordar la manera como Terry le había dedicado aquella anotación en el campo de Polo.
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