Terruce Grantchester hijo y heredero de uno de los Ducados e imperios de Inglaterra y Candice Ardley hija menor y heredera de la familia Ardley de Escocia, se conocen de toda la vida, asistieron al mismo colegio, y lo que comenzó como una amistad, p...
Dos semana había pasado desde los acontecimientos en donde Joseph Marlowe terminó muerto y Susana se encontraba en el hospital recuperándose no solo de la herida de bala que le provocó un certero Albert en su costado, sino también de la amputación de una de sus piernas.
Dos policías resguardaban la entrada de su habitación y otros dos la entrada al hospital, pues la joven Marlowe había intentado huir una semana antes; con bisturí en mano, la desquiciada muchacha amenazaba con cortarle la garganta a una joven enfermera que mantenía como rehén, si alguien se le acercaba.
Charlie quien se encontraba montando guardia en aquel hospital para asegurarse que Susana no escapara, empuñó su arma y disparó directo a la pierna derecha de Susana.
Los médicos no pudieron controlar el flujo de sangre, pues la bala había tocado vasos sanguíneos principales e incluso había destrozando huesos, tendones, ligamentos daño a sus músculos y nervios.
Sin quedarles mas opción, los médicos actuaron inmediatamente, prepararon a Susana y la introdujeron al quirófano tras una lucha por salvarle la vida a la muchacha, optaron por amputarle la pierna.
Sintiéndose destrozada al saberse huérfana, lisiada y para rematar saliendo del hospital terminaría sus días en una de las mas frías mazmorras del Reino Unido, Susana tomó una decisión.
Se levantó de su cama con mucha dificultad, se dejó caer en el frio suelo, se arrastró haciendo uso de las pocas fuerzas que tenían, llegó a la pared junto a la ventana y apoyándose en ella, se puso de pie apoyándose con la única pierna que tenía, abrió la ventana, y como pudo se subió al borde de esta, miró hacia abajo y tras comprobar que estaba en el sexto piso, cerró los ojos para infundirse valor por lo que haría, prefería morir de aquella manera que vivir el resto de su vida en una mazmorra, con aquello en mente, tomó impulso y se dejó caer al vacío muriendo casi al instante ante los atónitos ojos de los dos policías que reguardaban la entrada del hospital y quienes trataron de persuadirla para que no se lanzará.
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En la Mansión Ardley, Leticia sentía que el corazón se le subía a la garganta, pues desde que habían ido por la señora Elroy y Anthony al aeropuerto no habían vuelto a cruzar palabra.
Daba gracias a Dios que no estaba sola, Albert y su prima Fabiola estaban con ella, de lo contrario no habría aceptado hablar con la señora Elroy, no es que ella fuera una cobarde, pero la verdad era que la dureza en el rostro de aquella mujer le había causado terror, sabia lo mucho que Albert quería a la anciana y lo que esta, significaba para él.
Respiró profundamente antes de ingresar del brazo de Albert y seguida por su primas a la biblioteca de la Mansion Ardley en donde sentada en una gran silla se encontraba la señora Elroy junto a Anthony, Candy, Stair y Archie.
