Capítulo 11

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Abraham seguía impresionado ante la profesionalidad en que Tony trabajaba.

Sus manos se movían con gracia, como si estas ya supieran el camino, sus ojos notaban hasta los detalles más pequeños y su rostro mantenía una expresión de infinita concentración. 

—Aun me sorprende que no sea reconocido. —Erskine sonrió ante la interrogativa mirada del Omega. 

—¿A qué se refiere?

—El talento que usted posee, no lo he visto en nadie... Howard siempre prefería conocer chicas, coquetear, salir a tomar...

—Yo tampoco era muy maduro... Pero ahora tengo una familia... Al igual que él.

El Beta asintió.

—Y dígame... ¿Su pareja está de acuerdo en lo que hace?

—¿Y qué es lo que hago? —Cuestionó Tony, sin dejar de hacer anotaciones y mirar los planos.

—Inventar, fabricar, exteriorizar sus ideas. —Tony sonrió torcidamente a la incógnita del Doctor.

—Le dije que mi Alfa es diferente... Totalmente distinto a todos los cavernícolas que guardan en su parque de soldaditos.

Era bien sabido que los Omegas eran clasificados como inferiores, como ineptos que sólo servían para estar en la casa y atender a los cachorros y a su Alfa.

La mayoría vivía así.

Tony no, él jamás fue un Omega común. Cuidaba a su hijo y veía por el bienestar de su compañero, pero ambos mantenían un acuerdo silencioso de igualdad.

Steve sabía que no había cosa que Anthony no pudiera hacer. 

El castaños sabía que su pareja tenía un pensamiento más avanzado que muchos de allá fuera.

—Me gustaría conocer al magnífico Alfa que tiene como compañero.

—... La vida de muchas vueltas, Doc.

Abraham no había entendido el comentario, y cuando estaba por preguntar a qué se refería, unos soldados interrumpieron su plática.

—Sí sé nota que le gusta. —Comentó uno con el enojo en los poros.

—Dejó a todos como unos imbéciles. —Contestó otro, mientras se tocaba el estómago y se carcajeaba—. Fue él único que bajo la bandera.

—Sólo fue suerte.

Un dúo de Alfas Rango Medio, entraron al cuartel seguramente para tomar agua o sólo ir a descansar.

Anthony rodó los ojos. Odiaba el poco espacio que le dio el General Phillips.

—¿De qué cree que estén hablando? —Interrogó nuevamente el Doctor.

—Pensando como ellos... Algo relacionado con la agente Carter. —Dijo sin importancia el genio.

El Beta simplemente asintió para asomarse a la salida.

Su sorpresa, fue ver al pequeño Alfa bajar de la camioneta con Peggy.

Ambos parecía muy entretenidos platicando.

—¿Sucede algo? —Tony camino hacia el mayor, para ver que lo tenía tan entretenido.

En cuanto sus ojos captaron la escena, un sentimiento de celos invadió su sistema.

Su Alfa reía con verdadera felicidad al lado de la Omega.

Ambos estaban bastante juntos y a su parecer, se llevaban bastante bien.

—La agente Carter es difícil de convencer, señor Stark. —El castaño no despegaba sus ojos de Steve—. Tal parece que, Rogers a logrado traspasar esa muralla que la señorita Peggy se esforzó por poner.

Anthony apretó la tela de sus pantalones.

—¿Usted cree?

—Mis ojos no mienten. —Erskine lo miro con el misterio pintado en sus pupilas—. Se reconocer a una persona enamorada.

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