Coyuntura

Capítulo 31

La Misión estaba llevándose a cabo.

Bucky, esperaba la señal para que intervinieran y terminaran con todo esto de una vez.

Steve fue la carnada para entrar a la base de Hydra.

—¿Seguro que quiere ayudar, sargento? —Peggy lo miro con seriedad y muy en el fondo, con preocupación.

—¿Ahora existo para usted? —La castaña carraspeo mientras estaba atenta a la señal.

—Lamento mi descortesía.

—La perdonaré sólo si terminando esto, me acepta una salida. —La Omega miro con sorpresa al sargento.

Una pequeña sonrisa se pinto en sus rojos labios y de nuevo volvió su visita al frente.

—Tal vez. —Dijo aparentando desinterés.

James sonrió.

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Steve sentía que la sangre era lava corriendo por sus venas.

Hydra lo sabía... El aroma territorial que desprendía su cuerpo era una advertencia clara de no saber con quien trataban.

Los soldados de Johann lo dejaron enfrente de él.

—Lo estaba esperando, Capitán.

—¿Dónde los tienes? —Esta vez, Rogers no estaba para pláticas.

—¿Perdón? —El hombre se arrodilló—. Merezco mínimo una disculpa por todo el desastre que ha estado ocasionando.

El rubio sonrió con egocentrismo.

Schmidt enfureció ante la superioridad con la que el soldado lo veía.

Lleno de coraje, le soltó una patada en el abdomen, haciendo que Steve se doblará del dolor.

—Mi paciencia no es infinita, Capitán América... —Sus ojos no se apartaban del Alfa.

—Puedo hacer esto todo el día.

Harto de su insolencia, volvió a golpear la cara del Capitán.

Este sonreía cada vez que un golpe llegaba a su cuerpo.

Los hombre de Hydra sentían el ambiente cargado de tensión.

—Veo que es un hombre con agallas. —Johann jadeo para después reincorporarse—. Bien, traiganlo.

—¡Sueltenme! —Tony forcejeaba con los soldados que lo tenían preso.

Steve alzó la mirada inmediatamente.

—Un gran tesoro, Capitán. —Schmidt camino hacia el Omega y lo tomó de la cara. Anthony lo miro con ira—. Lastima que esté en las manos equivocadas.

Un puñetazo en el estómago del Omega lo doblegó.

—¡Tony! —El rubio rugió ante la agresión. Sin esfuerzo, logró soltarse de los hombres que lo retenían.

Un arma apuntando a la cabeza del castaño lo paró.

—Parece que encontré su punto débil. —Johann sonrió como desquiciado.

Steve no dejó de verlo en ningún momento.

—¡Emboscada! —Grito uno de los hombres de Hydra.

El ejército estadounidense invadió la base en tan sólo segundos.

Cráneo gruño ante la trampa.

Como último recurso, apuntó hacia Tony, pero otro disparo logró frenarlo.

Bucky lo tenía en la mira.

En medio de todo esa batalla campal, el rubio se dirigió a su Omega.

Éste corrió junto con Steve a un lugar seguro.

—¿Te duele? —Rogers revisó el cuerpo del castaño.

—No, estoy bien.

Ambos se miraron fijamente. El Alfa atrajo el cuerpo de su Omega y lo abrazo con fuerza.

—Steve... Tengo que ir por Peter. —Tony se separó del Capitán—. Tienes que ir con los demás.

—No voy a dejarte sólo. —Renegó el soldado.

—Confía en mi, tengo un plan. —El castaño lo miro suplicante—...  Ellos te necesitan.

Steve dudo por unos segundos.

Aspiro con fuerza y asintió.

Tony le sonrió. Sin decir palabra alguna lo beso y salió corriendo de ahí en dirección contraria.

Rogers sólo miro su espalda desaparecer.