Coyuntura

Capítulo 19

Después de la muerte de Abraham Erskine, todos en el lugar empezaron a retomar su rutina poco a poco.

Steve tomó aire detrás de la puerta.

Con todo el movimiento en el lugar, no había tenido tiempo de ver a su Omega.

Aspiro una vez más y sin más, entro.

—¡Buuu! —El pequeño Peter brinco enfrente de él.

Su hijo al verlo, retrocedió espantado.

—Peter... —Steve sonrió con ternura al ver a su cachorro.

Lo había extrañado tanto.

—Lo siento... Pensé que era mi papi... —El niño retrocedió bajando la cabeza.

Rogers negaba asustado.

—No, Peter... Soy yo... Tu papá. —El pequeño se mostró receloso. Steve como último recurso, desplegó su olor. Era más fuerte, pero el mismo.

El castaño aspiro mientras cerraba los ojos.

Los abrió con sorpresa, para después ver fijamente al Alfa enfrente de él.

El rubio sonrió con los ojos ardiendo.

—¡Papá! —El niño corrió a los brazos del gran soldado. Éste lo apresó con la fuerza suficiente y aspiró el olor de sus cabellos.

—Peter... Mi niño, no sabes como te extrañe. —Rogers beso la cabeza de su cachorro al mismo tiempo en que lo mecía entre sus brazos.

—¡Papá, creciste! —El niño utilizó sus manos para expresarse. Steve sonrió ante las expresiones de su hijo—. ¿Adivina qué? Estuve con la abuela, me dio muchos dulces y me contó cientos de cuentos,también el abuelo Howard me prometió ir a su taller y mi papi...

El niño se topo la boca mientras abría sus ojos cómicamente.

—¿Peter?

—... Perdimos... —Su rostro expresaba terror—...No puedo decirte papá. —Susurró muy quedó.

Steve no entendía de qué hablaba su cachorro.

—Pequeño tramposo. —La voz de su Omega lo hizo voltear junto con Peter.

Peter empezó a reír como cuando hace una travesura.

—Perdón, papi.

Tony negó divertido.

—Te daré otra oportunidad, soldado. —Peter se mostró serio.

—¡Si!

Steve no dejaba de verlos con adoración.

—Tu papá y yo necesitamos hablar. —Dijo al acariciarle la cabeza—. Tu abuelo te espera en su taller.

Su hijo soltó un chillido de emoción.

El rubio lo bajo de sus brazos y éste se fue corriendo.

—¡Con cuidado, Peter! —Anthony suspiro ante la energía que su cachorro desprendía—. Ese niño es más tuyo que...

No término lo que planeaba decir.

Con facilidad, el soldado lo tomó de la cintura y lo junto a su cuerpo para después besarlo con ansias, con deseo... Con amor.

El Omega se relajo entre sus brazos para tomarlo de la nuca y profundizar la caricia.

Rogers se mostró atrevido y mordió los labios de su pareja para después lamer la zona herida.

Anthony jadeo.

—... De verdad creciste. —Ambos sonrieron.

Steve junto sus frentes.

—¿Estás mejor? —El castaño lo miro con duda—. Howard me dijo que estuviste encerrado por días.

El genio bajo la mirada y sonrió con tristeza.

—El Doc era una gran persona. —Comentó—. Además se dio cuenta de lo nuestro.

—¿En serio?

—Si... —Su pareja de nuevo lo enfrento—, dijo que no parabas de mirarme.

El Alfa carraspeo ante lo dicho. Tony sonrió coqueto.

—Tenía que vigilar que ningún Alfa se te acercará.

—Ah, claro, como Peggy se te acerca ¿No? —El genio se liberó del abrazo.

Al fin lo había dicho.

—¿Qué?

—... La agente Carter siente... Algo por ti. —Lo miro por el rabillo del ojo, pero Steve no pareció inmutarse.

—Eso es imposible.

—Ella me lo dijo.

El Alfa se quedó en silencio. Lo vio pensativo por un momento.

—Es una buena amiga. —El soldado se dirigió al castaño para atraparlo en sus brazos—. Pero no podría verla de otra forma.

Rogers beso la marca en su cuello.

—... Lo sé. —Aceptó el Omega.

Los dos se quedaron abrazados por un largo rato. Estaban agotados tanto física como emocionalmente.

—Es extraño sentir todos esos músculos pegados a mi cuerpo. —Dijo casualmente el castaño.

El rubio lo miro fijamente.

—¿No te gusta?

—Sabes que tu físico no me importa, Steve. —El genio se dejó recostar en el pecho de su Alfa—. Eres mío de cualquier forma.

El más alto lo apresó con más fuerza y dejó que sus olores se combinaran.

Eso es lo que necesitaba.

El amor de su Omega.