Coyuntura

Capítulo 30

Tony inmediatamente cubrió con su cuerpo el del pequeño.

Éste se mantenía sedado.

—No intentes nada. —Después de dejarlo en la celda, el soldado de Hydra se retiró.

Anthony escaneo el cuerpo de su cachorro en busca de alguna herida; por suerte, estaba ileso.

Suspiro con frustración.

No sabía cómo lograron colarse en la base, raptar a Peter y de paso a él.

No quería alterarse, sabía que si se lo proponía encontraría una salida, pero ahora no se trataba sólo de él... También estaba Pet.

—Saldremos de está... Te lo juro, Peter. —El niño se acurrucó más en su cuerpo.

Al menos estaba bien. Dentro de lo que cabía.

El lugar era frío y oscuro; y a juzgar por la pinta, Tony podía asegurar que era la última fábrica que falta por derribar.

El Omega pensó en dos opciones; Johann Schmidt pensaba que el Capitán América desconocía el paradero de la ultima instalación de Hydra o le tenía preparada una trampa.

Odiaba saber que la segunda era más coherente.

—Tenemos que salir de aquí... —Miro por todos lados buscando una salida o al menos tratar de hacer una.

—Sería una lastima, que se fuera tan rápido.

Tony cubrió con fuerza a su cachorro y espero que el hombre en las sombras se revelará.

—¿Quién es? ¿Qué es lo que quiere?

—Me presentó, Johann Schmidt para servirle, señor Stark... ¿O debería decir señor Rogers? —De la oscuridad, un sujeto con el cráneo rojo le dio una mirada de advertencia.

Tony no perdía de vista al tipo.

—No sé de que me habla. —Artículo en cuanto la impresión dejó su cuerpo.

—Oh, por favor, se perfectamente que usted es muy cercano al Capitán América... Un Omega inteligente, hijo de Howard Stark, cómplice del Doctor Erskine... El cónyuge de Steve Rogers...

Anthony no dejó de verlo en ningún momento.

Sintió el áspero olor del Alfa... Había algo en su interior que distorsionaba su aroma y sospechaba que era el suero.

—Espero disfrute su estadía aquí, en lo que el Capitán América llega. Estamos ansiosos por verlo de nuevo. —Era una trampa y Tony odiaba saberlo.

Cuando la celda de nuevo fue cerrada, el castaño siguió buscando desesperado una salida.

—¿Papi? —Peter se tallaba los ojos, mientras soltaba un bostezo.

—¿Cómo estás? ¿Te duele algo? ¿Te sientes mareado? ¿Débil? —Los ojos oscuros del genio no dejaban de recorrer la anatomía de su hijo.

—Estoy bien... —El niño le regresó la mirada— ¿Por qué estas asustado?

Tony trago con fuerza y trato de sonreír.

—Peter...

—Loki dijo que estaríamos bien. —El cachorro tomó las mejillas del Omega y sonrió—. Él me lo dijo mientras dormía, nos protegerá y papá nos salvará.

—... ¿Qué?

Peter, parecía despreocupado, no se veía asustado y sólo fruncía el ceño en cuanto veía como la cara de su papi tenía unas cuantas cortadas.